Abril registró la mayor caída de la demanda eléctrica en la serie histórica mensual, con un descenso del 17,5 %, y la energética a nivel global ha sido la menor en los últimos 20 años, mientras que las emisiones de efecto invernadero asociadas a la energía se han desplomado el 42 %.

Así se recoge en un estudio recién publicado por el Observatorio de la Sostenibilidad (OS) a partir de los últimos datos del sector eléctrico, en donde se analiza el efecto del confinamiento y la paralización de actividades económicas no esenciales sobre la demanda energética, la reducción de las emisiones de gases contaminantes y el uso de combustibles fósiles en la industria y en el transporte.

En abril el sector eléctrico tocó suelo en emisiones mensuales de gases de efecto invernadero, siendo las más bajas desde 1990, consecuencia de haber alcanzado un techo de generación libre de CO2 del 75,5%.

Además, en ese mes se alcanzó un máximo histórico de penetración diaria de energías renovables, con un 70,9 %, con una aportación que superó el 70 % durante más de 7 horas, que confirma “la estabilidad” y capacidad de la red en esas condiciones, mientras la generación fotovoltaica alcanzó por primera vez desde que existen datos el 27,6 % de la demanda, según el análisis.

Durante los días de confinamiento, los consumos energéticos en términos de energía final estimados por el OS han caído en marzo el 17,6 %, y en abril el 45%, algo que no se observaba desde la crisis del petróleo de 1973.

Aunque los precios en origen cayeron en abril un 56,6 % interanual, estos descensos no se vieron reflejados en los recibos finales de los usuarios, advierte el informe.

Para este año, el OS prevé una caída del consumo energético en una banda del 4,8 %-10,3 % aunque dependerá de la situación macroeconómica, así como del proceso de descarbonización, la evolución de la demanda y los precios de la energía.

Según el ingeniero Juan A. Avellaner, responsable del estudio, “las renovables eléctricas han demostrado durante el confinamiento su fortaleza” en un entorno de tensión extrema, han aportado potencia hasta el techo del 73 por ciento y han inducido caídas de precios de generación del 36,1 % respecto a marzo de 2019.

También señala que “el hidrógeno va a ser un elemento clave como vector de almacenamiento de cara a la entrada masiva de las renovables en el sistema”.

Por su parte, Fernando Prieto, del OS, ha instado a que se tengan en cuenta las lecciones aprendidas en la era de la COVID-19 en términos de sostenibilidad y evolución energética y reclama que se traslade la bajada de precios a los usuarios y se aumenten los niveles de descarbonización de la producción de energía eléctrica con menores emisiones de gases de efecto invernadero.