ONG han reclamado, en el Día Mundial del Medio Ambiente establecido por la ONU en 1977 y que se celebra este 5 de junio, más espacios verdes en las ciudades, restuarar ecosistemas del planeta o reducir el uso de plásticos, entre otras reivinidaciones.

El lema de este año se centra en la restauración de ecosistemas con el lema 'Reimagina, recrea, restaura'. Precisamente en este día, arranca el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas (2021-2030), una misión global para revivir miles de millones de hectáreas actualmente degradadas.

En concreto, este sábado Greenpeace pone el foco en la importancia de las ciudades para el cuidado del medio ambiente ya que albergan actualmente al 55% de la población mundial, generan más del 70% de las emisiones mundiales y usan más de dos tercios de la energía y recursos del planeta. Por ello, considera que su transformación es fundamental para luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, especialmente en la actual situación de crisis sanitaria.

Según el estudio 'Reverdecer las ciudades. Los espacios urbanos y su impacto en la salud y el bienestar sobre cómo las zonas verdes urbanas mejoran la salud de las personas y del planeta', publicado por la ONG, las zonas verdes mejoran las condiciones microclimáticas de los entornos urbanos ya que son capaces de reducir la temperatura de sus alrededores varios grados centígrados, además de proporcionar sombra protegiendo de las radiaciones solares.

El informe --que se centra en los espacios verdes y públicos y su impacto en la salud, con especial atención a Bogotá, Madrid, Ciudad de México y Roma-- añade que establecer vegetación urbana es uno de los métodos más prácticos para enfriar las ciudades y combatir las islas de calor. Además, también previenen inundaciones al aumentar la permeabilidad del suelo.

Por lo tanto, concluye que estos espacios no son solo una inversión social y de salud pública, sino también una oportunidad para reequilibrar la relación con la naturaleza, protegiendo al ser humano de futuras pandemias. Entre los numerosos beneficios de vivir en contacto con áreas verdes están desde mejorar la salud mental a reducir el riesgo de depresión y ansiedad, hasta reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes, pasando por mejores resultados en el embarazo, acelerar la recuperación de cirugías, y reducción de la mortalidad prematura.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las ciudades deberían contar con 50 metros cuadrados (m2) de espacio verde por habitante, aunque se considere 15 m2 como aceptable y el mínimo recomendado sea 9 m2. Sin embargo, las ciudades están aún lejos de estos objetivos. Por ejemplo, Madrid solo tiene 21 m2 por habitante, aunque no distribuidos homogéneamente en todos los distritos. Solo el 10% de la superficie del núcleo urbano de Madrid es espacio verde público mientras que el 65% está ocupado por "cemento".

Por todo ello, Greenpeace pide a los ayuntamientos que implementen medidas urgentes para mejorar la calidad de vida de las ciudades y su sostenibilidad, ampliando los espacios públicos y verdes y transformando el resto de sectores necesarios para frenar la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad.

"Queremos pedir ciudades verdes para lograr un planeta sano. Necesitamos cambiar el funcionamiento de las ciudades, reinventarlas, si queremos hacer frente a la emergencia climática, la pérdida de biodiversidad y aumentar nuestra resiliencia ante futuras pandemias", argumenta la responsable de la campaña de Ciudades Sostenibles de Greenpeace, Alba García.

En el caso de WWF, piden a la Unión Europea y a las administraciones españolas que se comprometan a restaurar, al menos, el 15% de la superficie terrestre y el 15% de la superficie marina ya que, a su juicio, la humanidad tiene por delante 10 años que son clave para regenerar espacios clave de la naturaleza y revertir su imparable degradación, especialmente intensa a partir de los años setenta.

Por ejemplo, la ONG señala qie la intensificación de la agricultura, la ganadería y la expansión de infraestructuras han arrasado en 13 años más de 43 millones de hectáreas de bosque, una superficie equivalente a Marruecos. Además, la mayoría de los océanos están contaminados, y más del 85% de los humedales se han perdido, según un estudio de WWF.

La ONG afirma que restaurar el 15% de los ecosistemas degradados en los lugares adecuados puede prevenir el 60% de las extinciones de especies previstas, según un estudio publicado en la revista 'Nature', y tiene el potencial de aumentar la seguridad alimentaria para 1.300 millones de personas.

"La restauración ecológica cobra una importancia crucial durante esta década y su éxito marcará enormemente la forma en que revertimos nuestro impacto sobre la naturaleza. Es fundamental que el Gobierno y las comunidades autónomas prioricen y planifiquen la restauración de aquellos ecosistemas clave que contribuyan a recuperar nuestra biodiversidad y que provean de mayores beneficios a la sociedad, como bosques de ribera, humedales, sistemas litorales degradados y zonas forestales de valor", afirma el director de conservación de WWF España, Enrique Segovia.

Restauración

Mientras, SEO/BirdLife insta a todas las administraciones públicas de España, el país con mayor capital natural de la UE, a apostar decididamente por la restauración de espacios naturales degradados como herramienta para hacer frente a la actual crisis ecológica y para orientar la recuperación de la economía hacia un modelo de prosperidad respetuoso con el medio ambiente y el futuro.

A juicio de SEO/BirdLife, la restauración de espacios degradados, que protagoniza uno de los componentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, dotado con una inversión de unos 1.600 millones de euros en los próximos tres años, ha de constituirse como un eje fundamental de la política ambiental española a largo plazo, más allá del 2023, por todos los beneficios que generaaporta no solo ambientales sino también sociales, generando empleo verde de calidad y aumentando la calidad de los servicios ecosistémicos que proporciona.

SEO/BirdLife reclama a España que apoye la aprobación de la nueva ley que ha propuesto la Comisión Europea para que la restauración de la naturaleza sea legalmente obligatoria para los países de la UE. Además, solicita que se realice un plan de restauración a escala nacional que incluya claros objetivos.

Desde Amigos de la Tierra y Justicia Alimentaria han inaugurado la exposición fotográfica online 'Plastívoros: comemos plástico', a través de la cual denuncian el uso desmedido de plástico en todas las facetas de la vida y, más en concreto, en la alimentación y en los campos de cultivo. Del mismo modo, reclaman al Gobierno una Ley de residuos que prohíba los plásticos de un solo uso y limite los envases plásticos.

Las obras artísticas, donde el plástico y las personas son las protagonistas, buscan llamar la atención de la ciudadanía y las administraciones sobre los graves impactos del plástico. Con más de 4.000 aditivos químicos, entre los que se encuentran sustancias tóxicas, persistentes y bioacumulativas, el plástico provoca efectos perjudiciales para la salud y los ecosistemas.

Justicia Alimentaria y Amigos de la Tierra denuncian que, a pesar de lo que se suele pensar, la contaminación por microplásticos en tierra es hasta 23 veces mayor que en los mares, según la investigación presentada por ambas asociaciones. A su vez ponen sobre la mesa la cantidad de plástico que ingiere una persona a la semana, 5 gramos, es decir el equivalente a comer más de media bolsa de plástico, o lo que es lo mismo 52 tarjetas de crédito al año.