Un mundo inmerso en una crisis climática también es un mundo cada vez más expuesto a los fenómenos meteorológicos extremos. A eventos que antaño ocurrían cada cien años y que ahora, debido al caos climático, se han vuelto más intensos y frecuentes en todo el mundo. En estos momentos, según apunta un nuevo estudio publicado en la revista ‘Nature Communications’, al menos el 23% de la población mundial está en riesgo de sufrir una inundación extrema. Esto equivale a más de 1.810 millones de personas que, en algún momento de su vida, pueden sufrir el impacto de unas tormentas extremas, unas lluvias torrenciales o la abrupta crecida de un río.

Las regiones más expuestas al riesgo de inundaciones extremas destacan, a su vez, como algunas de las más pobres del planeta. Se estima que casi el 90% de las personas en riesgo ante este tipo de extremos climáticos residen en países de ingresos medios y bajos. El sudeste asiático despunta como una de las zonas más vulnerables ante este tipo de catástrofes, sobre todo en países donde coincide una alta densidad de población con elevados niveles de pobreza como en el caso de India y China. Este diagnóstico, esgrimen los expertos, también se puede trasladar a amplias regiones del continente africano así como a los varios países de Sudamérica.

No hace falta ir muy lejos para ver el impacto (y la gravedad) de una inundación extrema en estos territorios. China vive en estos días bajo el azote de los extremos climáticos. Mientras el norte del país sufre una ola de calor tan extrema que hasta deforma carreteras, en el sur se están viviendo las peores inundaciones de las últimas seis décadas. Las autoridades han activado el máximo nivel de alerta por el riesgo de inundación y desprendimientos de tierra. La tormenta ha destrozado casi 2.000 hogares y más de 30 hectáreas de cultivos. Los primeros balances apuntan a medio millón de ciudadanos afectados por estas tormentas extremas que, por el momento, siguen su curso. 

Riesgo de pobreza

Las inundaciones extremas ya suponen, hoy por hoy, uno de los "peligros climáticos de mayor riesgo a nivel mundial". Cada año, decenas de millones de personas son desplazadas de sus hogares debido al impacto de estos eventos meteorológicos extremos. Los daños y las pérdidas causadas por lluvias torrenciales y desbordamientos de ríos suman cientos de miles de millones de dólares anuales. En un futuro, según apuntan innumerables informes científicos, el avance de la crisis climática podría multiplicar exponencialmente el impacto de estos fenómenos extremos en todos los rincones del mundo.

Según argumentan los expertos, más allá de las pérdidas inmediatas causadas por los extremos climáticos, preocupa que estos eventos hundan a las regiones afectadas en la pobreza. "Las inundaciones extremas pueden afectar a largo plazo al bienestar y al desarrollo de las regiones de bajos ingresos", sentencia el último diagnóstico sobre la cuestión publicado este mismo martes en la revista 'Nature Communications'. El análisis, de hecho, estima que el riesgo de inundaciones extremas se cierne sobre 780 millones de personas que viven con poco más de cinco dólares al día. Es decir, en el umbral de la pobreza.

El vínculo entre extremos climáticos y desigualdades sociales, argumentan los expertos, debería tenerse en cuenta para diseñar las medidas de mitigación y adaptación frente a la crisis climática. "Hay que priorizar las inversiones en aquellos puntos críticos donde coinciden el riesgo de inundación y el de pobreza", apunta el equipo científico liderado por el investigador Jun Rentschler. "Establecer estas prioridades podría salvaguardar los medios de subsistencia para miles de personas y prevenir impactos adversos sobre el desarrollo de estas regiones desfavorecidas", añaden los analistas.