Hay derrotas que por previsibles duelen menos. Que el Meridiano Alicante tenga posibilidades de plantar cara en Bilbao cuando tres de sus piezas básicas no están al nivel exigible, la empresa se convierte en un acto de fe. Stojic estuvo especialmente desacertado cara al aro, Erdogan no atinó ni con los tiros libres y Sow se perdió en guerras innecesarias que cabrearon a la afición vasca, a Óscar Quintana e incluso a sus propios compañeros.

Por este motivo y muchos otros apenas escuece caer ante un rival de otra liga que se atascó tras el paso por los vestuarios y le concedió vida a un Meridiano demasiado inconsistente.

El Bilbao pudo dejar sentenciado el choque ya en el segundo cuarto, cuando Jackson firmó el 39-11 en el marcador tras un "dos más uno" con falta de Sow. El pívot senegalés, hastiado de remar en solitario, lanzó en la jugada anterior un triple sin fe. Era el fiel reflejo de un equipo alicantino que se estrellaba ante un rival sobrado.

En este sentido, Álex Mumbrú logró en el primer cuarto más del triple de valoración que todos el Meridiano (4 por 13).

Pudo certificar la victoria el Bilbao poco antes del descanso, pero el acierto exterior inesperado de Álex Urtasun y, sobre todo, de Doellman dejó la ventaja del conjunto de Katsikaris en sólo once puntos al término del segundo cuarto (42-31). Y a buen seguro que Quintana se frotó las manos en el vestuario porque parecía casi milagroso que sus pupilos siguieran dentro del partido. Más fuera que dentro del Bilbao Arena parecía Erdogan en estos dos primeros cuartos, en los que rubricó un 0/5 en sus lanzamientos, todo un sonrojo para un tirador de raza.

El tercer cuarto no pudo empezar peor para el Meridiano, ya que Sonseca y Jackson lograron un 5-0 de parcial al tiempo que Stojic amenazaba desde el triple pero no tocaba ni aro. ¿Cómo se explica eso? Todo apuntaba a paseo militar de los jugadores de Katsikaris hasta que al director de juego alicantino, Heurtel, se le encendió la luz de la clarividencia. No es consistente el baseo galo, no es regular, pero tiene talento para repartir en el vestuario. Bastante parecido a su compatriota Nando de Colo, ahora en el Power Electronics Valencia, el joven jugador lucentino tiene una mecánica de tiro seductora y penetra con mucha facilidad. Anotó cinco puntos consecutivos en el inicio del tercer cuarto y Doellman le secundó con un triple. El Meridiano recortó la distancia hasta los ocho puntos (51-43).

El técnico local introdujo entonces en pista a su compatriota Vasileiadis y el alero le respondió con un triple nada más entrar en juego. Pero los pupilos de Quintana no se descompusieron, se aferraron a la pista e incluso desquiciaron por momentos a muchos seguidores locales, que no entendían porqué su equipo no había asestado el golpe de gracia a su rival cuando lo tuvo en su mano.

El esperanzador tercer cuarto finalizó con una espectacular transición a toda velocidad de Erdogan que culminó el escolta turco con una penetración a falta de un segundo para el final.

Sangría

Los jugadores del Meridiano llegaron al último cuarto con sólo cuatro puntos de desventaja (56-52), pero con el depósito en reserva y las faltas como una sombra amenazadora.

Los pupilos de Quintana siguieron aferrados al parqué del Bilbao Arena y Katsikaris no daba con la fórmula para cerrar el partido. De hecho, en los cuatro primeros minutos del último y decisivo periodo no se movió el marcador debido a los nervios locales y a la inoperancia ofensiva alicantina.

Pero el Meridiano seguía en partido y eso era casi un triunfo. Pero la exclusión, a falta todavía de más de tres minutos para el final, de Andrisukevicius y Sow fue demasiado lastre. Quintana se vio obligado a jugarse el partido con Rejón y Cazorla en pista porque Stojic también fue eliminado. Heurtel y Erdogan seleccionaron de manera deficiente la mayoría de sus tiros y los alicantinos se marcharon, una vez más, de vacío.