Óscar Quintana puso ayer fin a su periplo en el Meridiano tras ser destituido cuatro horas después del partido. La derrota ante el Estudiantes no dejó más alternativas a los dirigentes lucentinos después de contemplar en Vistalegre a un equipo roto, sin rumbo y sin actitud. Ahora mismo, el mejor situado para relevar al cántabro es Txus Vidorreta, ex técnico del Bilbao, aunque también se maneja la posibilidad de Sito Alonso. De momento, Diego Tobalina será el encargado de dirigir al equipo hasta la contratación de un nuevo entrenador.

A día de hoy el cambio en el banquillo es el único argumento posible para pensar que existe freno a la caída en picado del equipo alicantino. El Palacio de Vistalegre vivió ayer una gran fiesta a costa del conjunto lucentino. Fue el día de Caner-Medley y del canterano Jaime Fernández. Delante el Estudiantes tuvo a un despojo de equipo, un mero espectador del partido cuya única misión consistía en lanzar triples y absolutamente nada más.

Salvo los primeros minutos del segundo cuarto en el que el Meridiano vivió del acierto exterior, el resto del partido fue un monólogo del Estudiantes, que llegó incluso a aburrirse ante la nula oposición del rival. La lesión de Andriuskevicius tampoco ayudó a pensar en positivo y los minutos de Rejón en la pista no aportaron ni mucho menos consistencia al juego interior. Así, el Meridiano se marchó de Vistalegre sin competir, sin fe en la pista y siempre a merced de su rival. La destitución de Quintana es el único modo de arrojar algo de optimismo a la situación que está viviendo el equipo en vísperas de recibir al DKV Joventut.

La defensa no existió para el Meridiano en los primeros diez minutos. El Estudiantes tuvo vía libre para acercarse sin problemas a la canasta lucentina y conseguir un terrorífico parcial de 27-15. Sólo Doellman evitaba un ridículo mayor con sus lanzamientos exteriores. Fue lo único destacable de un Meridiano gris, sin ideas y apático. Welsh y Granger aprovechaban sin problemas la barra libre que ofrecía el conjunto de Quintana. La derrota parecía asumirse prácticamente antes de entrar en pista. Los minutos de Andriuskevicius no pudieron ser peores con 0 de 5 en tiros de campo. Penoso. El lituano se lesionó y ya no volvió a salir.

Un espejismo

Cuando parecía que la sangría de puntos en contra iba a ser monumental, el Meridiano endosó un parcial de 0-13 que enmudeció a todo Vistalegre. Las instrucciones desde el banquillo eran claras: lanzar a canasta. Y así fue. Todo balón que llegaba a manos del Meridiano tomaba dirección del aro con un brillante Doellman que estuvo bien secundado en ataque por Sow y Heurtel. Cinco triples del Meridiano en el segundo acto sirvieron para anular toda la ventaja de los primeros minutos. Así, hasta que dejaron de entrar los tiros. El Estudiantes tomó carrerilla y con un parcial de 11-0 puso las cosas en su sitio haciendo justicia a lo que se veía en la pista.

Con 47-40 se llegó al descanso. No era una amplia desventaja pero las sensaciones no hacían presagiar nada bueno para la segunda parte. El Estudiantes comenzó a bailar el Meridiano en el tercer cuarto para endosar un parcial de 17-0 arrastrado del segundo cuarto. Caner-Medley se lucía una y otra vez al tiempo que el base canterano Jaime Fernández se destapaba de manera increíble con canastas y asistencias.

Era una fiesta para el equipo local al que el Meridiano trajo todo tipo de regalos. Erdogan no tuvo su día con 4 puntos en 35 minutos, una cifra irrisoria para el turco. Igual que sucedió ante el Manresa, el equipo alicantino dejó expedito el camino a su rival que lo aprovechó en forma de cómodas bandejas.

El rostro de los jugadores al término del encuentro exteriorizaba impotencia, un equipo totalmente roto que necesita una cara nueva en el banquillo.