El Meridiano desperdició ayer una ocasión de oro para dejar la permanencia vista para sentencia. La derrota no es grave tras los nuevos tropiezos de Granada y Menorca pero sí deja un sabor amargo por la falta de intensidad y concentración en varias fases del encuentro. Dio la sensación de que el equipo pudo hacer más, el Valladolid necesitó muy poco para llevarse el choque en el Centro de Tecnificación y tocará sufrir para sellar el objetivo a falta de ocho jornadas para el final. Después de cinco derrotas consecutivas, queda evidente que si el equipo se salva es porque hay dos peores que abaratan la continuidad en la ACB.

Pese a la plaga de bajas que ha azotado a la plantilla lucentina, el Meridiano ha perdido fuelle. No tiene la frescura de los primeros partidos de Vidorreta y ayer dio síntomas de agotamiento. El equipo desapareció tras el descanso, regresó a mitad del último cuarto para empatar (61-61) a falta de 3 minutos pero volvió a demostrar que los finales apretados no están hechos para él. Fue un final deplorable. Ni siquiera hubo tiempo para la emoción. Primero Heurtel se bota el balón en los pies, después Hasbrouck comete una dudosa personal en ataque y rematan Andriuskevicius y Llompart perdiendo un absurdo balón. Entre ellos hubo más que palabras y tuvo que intervenir Vidorreta para poner paz. Tras ello, el Blancos de Rueda Valladolid sólo tuvo que esperar que pasara el tiempo para adjudicarse una victoria muy justa.

El primer cuarto despejó muy pocas dudas. La igualdad marcaba el choque en un acto sin grandes alardes por parte de ambos equipos. Eulis Báez llevaba el peso anotador del Valladolid y Heurtel en el Meridiano. El equipo lucentino adolecía de rebote ofensivo y De Miguel disputó sus primeros minutos en su regreso a Alicante después de cinco años. El pívot madrileño pasó desapercibido en los siete minutos que estuvo en cancha aunque sirvió para dar descanso a los titulares.

Los mejores minutos

Andriuskevicius (13 puntos y 11 rebotes) causó graves daños al Valladolid. Hasta tres veces "mató" el aro en el segundo acto dejando el marcador en 29-22 tras un triple de Heurtel. También Rejón estuvo activo en los mejores minutos del equipo de Vidorreta en el partido. Buena defensa del Meridiano y orden en ataque para llegar al descanso con un esperanzador 35-28.

Tras el paso por los vestuarios, el equipo dio un giro a su imagen. El Valladolid encontró facilidades en todas las posiciones y endosó un parcial de 0-8 a un empequeñecido rival (38-42). Doellman seguía sin aparecer, Stojic apenas resolvía y las sensaciones cada vez eran peores.

El choque llegó al último cuarto con todo por decidir (48-50). El Valladolid no mataba el partido y el Meridiano se resistía a aprovechar las oportunidades que le brindaba el rival.

Así, un enorme Van Lacke dio al conjunto de Pucela su máxima renta (49-55). La preocupación se instaló en el Centro de Tecnificación que se veía aliviado por la derrota que estaba sufriendo el Menorca en Zaragoza. Los triples de Isaac López complicaban más la situación a falta de 7 minutos (52-60).

Sin embargo, el Meridiano despertó de su letargo y, tras un tiempo muerto de Vidorreta, iguala el encuentro con un parcial de 9-1. (61-61). Restaban 3 minutos y la inercia lucentina obligaba a soñar, pero cuantas más facilidades daba el Valladolid, peor lo hacía el equipo alicantino. Pérdidas absurdas de balón dieron al traste con el encuentro desperdiciando una ocasión para rozar la permanencia.

Tampoco Martín Bertrán, uno de los colegiados, tuvo una actuación brillante. Perjudicó al Meridiano en acciones decisivas y acabó abroncado por la afición. Nada nuevo. Ahora espera el Olímpico de Badalona.