La situación es crítica. La vida del Lucentum entra en coma tras verse devorado por la crisis económica. De momento, a fin de evitar el certificado de defunción, el club alicantino camina hacia la Ley Concursal, un paso al que ya ya han recurrido varios equipos de ACB. Salvo que entre en los próximos días una improbable inyección de capital, la entidad solicitará en la próxima asamblea, prevista para el mes de julio, aprobar la solicitud del concurso voluntario de acreedores. El Lucentum necesita más de un millón y medio de euros para cerrar el presente ejercicio amén de proyectar el presupuesto de la próxima.

Ayer se reunió el consejo de administración del club lucentino y se puso sobre la mesa la delicada situación que atraviesa la sociedad. El concejal Juan Seva asistió como representante del máximo accionista, el Ayuntamiento. El camino es claro: o se inyecta dinero, o se solicita acogerse a la Ley Concursal para negociar la deuda con los acreedores o se opta por la disolución de la sociedad, una posibilidad que no se descarta en absoluto.

De momento, el club debe fijar la fecha de la Asamblea que debe marcar el futuro. Los accionistas deben decidir, es decir, el Ayuntamiento tiene la última palabra sobre el devenir del baloncesto profesional en Alicante. Mientras tanto, la entidad debe trabajar en busca de capital que muestre un hilo de esperanza.

Puertas abiertas

Lo que el club ha paralizado es la configuración de la plantilla. En ese sentido, el consejo no quiere que ningún componente se vea perjudicado por el gris futuro de la entidad y deja vía libre tanto a los jugadores como al entrenador, Txus Vidorreta, para poder marcharse a otro equipo. De esta forma, Andriuskevicius, Llompart, Urtasun, Doellman y Stojic tiene libertad para poder negociar con otros equipos. Se trata de un gesto del consejo de administración, incapaz de poder tomar cualquier decisión por la grave situación económica. A día de hoy, el pesimismo es un hecho en el equipo lucentino.