Era el día para haber podido ganar al Unicaja, pero el ataque del Lucentum fue inofensivo e incapaz de aprovechar el estado de nervios del rival, que volvió a ganar en el Martín Carpena después de más de dos meses sin hacerlo. Las armas lucentinas hicieron cosquillas al Unicaja, que tuvo en el Lucentum a un rival perfecto para escapar de su profundo estado de crisis. El mal arranque del conjunto de Vidorreta pesó, la diferencia inicial en el rebote fue abismal y los alicantinos no encontraron un camino que les complica la clasificación para las eliminatorias por el título.

Valters anotó canastas psicológicas que dañaron la moral, aunque las verdaderas heridas las provocó el juego interior malagueño. Freeland y Zoric y, posteriormente, Lima, pasaron por encima de los pívots del Lucentum, que tuvieron a Kone de nuevo en la principal referencia. Ni Barnes ni Ivanov estuvieron a la altura de las circunstancias. Tampoco Llompart estuvo a su nivel habitual y eso desencadenó en una nueva anarquía en ataque. Dewar, una vez más, cumplió con creces su cometido.

Ni Lucentum ni Unicaja dieron una lección magistral de baloncesto en el primer cuarto aunque los malagueños exhibieron un ataque más efectivo que les llevó a dominar en el primer acto del choque. El conjunto de Vidorreta sólo veía aro a través de los tiros libres. En su estadística sólo figuraba una canasta en juego en prácticamente siete minutos, lo que supuso un lastre considerable. Sin embargo, del 12-4 se pasó al 12-10 tras un triple de Rautins, que tomó el relevo de un gris Ellis. El tiempo muerto de Casimiro dio resultado y el Unicaja devolvió un 6-0 de parcial con Zoric y Freeland como jugadores más activos, dejando el resultado en un justo 21-12. El rebote marcó gran parte de la diferencia. 16 capturas de los malagueños por tan sólo 6 de los alicantinos. Una señal de que algo no funcionaba bien en el Martín Carpena.

El Lucentum mejoró en casi todo en el segundo cuarto. El conjunto de Vidorreta cerró mejor el rebote, comenzaron a entrar los triples y puso nervioso al Unicaja. Sólo la inspiración de Berni Rodríguez impidió un mejor resultado en este acto. Dewar, infalibre. Anotó todo lo que intentó. Dos triples y una canasta de dos. Un valor seguro que por primera vez se quedó fuera del quinteto inicial. La ventaja rondaba los diez puntos hasta que Luz y Ellis entonaron sus muñecas y dejaron el marcador en un apretado 35-30 que luego se estropeó tras anotar Valters un triple sobre la bocina. 38-30, descanso y sensación de que se podía luchar por el partido ante un Unicaja con muchos nervios.

Sentencia

Los sustos llegaron pronto. Triples de Devries y Valters para colocar la máxima diferencia del partido (44-32). En el otro aro, impotencia de Barnes, incapaz de levantar el balón mientras Zoric se hacía cada vez más grande y el marcador reflejaba un contundente 48-32. No acabó de matar el Unicaja y el Lucentum no se rendía. Parcial de 0-6 con Dewar y Barnes (48-38) y tiempo muerto de Casimiro. Los nervios atenazaban a los malagueños, pero el ataque alicantino adolecía de fluidez y el encuentro entra en fase de continuos fallos hasta que Zoric rompe la dinámica. Nadie era capaz de frenar al pívot. Todo lo contrario que el juego interior lucentino, inofensivo en ataque y endeble en defensa.

Un triple de Valters, de nuevo sobre la bocina, cerró un cuarto malo del Lucentum. 55-43, difícil pero no imposible. Pero fue lo segundo.

El Unicaja se atascó en ataque. Aumentó su estado de ansiedad y se le escurrían los balones. Ni así el equipo alicantino era capaz de recortar ventaja y el choque se fue poniendo cada vez más cuesta abajo. Siguieron luchando los alicantinos. Nadie puede achacar bajada de brazos, pero fue pugnar contra una pared. Quedaba claro que el partido tenía dueño y sólo era cuestión de maquillar en la medida de lo posible. La derrota fue justa. Faltaron argumentos para pelear por un choque con claro aroma a "play off". Unicaja vuelve a la lucha, tiene a su favor el "basket average" y está más cerca de conseguir su objetivo.

El Lucentum no dio imagen desde el principio de tener confianza en ganar en Málaga. Su flojo inicio, ausencia de rebote, de ataque y de defensa, decantó el encuentro rápidamente. Espera el domingo el Caja Laboral de Nocioni.