Estaba todo preparado para que el Centro de Tecnificación se convirtiera en una fiesta. Más de 4.000 espectadores arroparon al Lucentum como en las grandes ocasiones, pero el equipo alicantino no tuvo su día. Falló en todo y se jugará el jueves (21 horas) el ascenso a una sola carta en Andorra. Pudo ser ayer un gran día, pero el conjunto de Peñarroya aguantó mejor la presión, defendió con más eficacia y de nuevo tuvo en Blanch su seguro de vida. No funcionaron los bases. Sàbat y Rivero estuvieron muy espesos, adolecieron del punto de soltura de partidos anteriores y el Lucentum lo acusó.

Trastocó los planes la segunda personal de Coppenrath en el primer cuarto, ni Middleton ni Jesús Fernández estuvieron a la altura y Rejón estuvo demasiado solo. El pívot le pone más ganas que nadie, su casta es digna de elogio y su implicación impresionante.

Gozó el Andorra de 20 puntos de ventaja en la segunda parte, una distancia insalvable tal y como estaba el Lucentum ayer. El equipo tuvo fe, como siempre, pero esta vez no fue suficiente para cuajar una remontada que hubiera sido más que histórica.

Las cosas empezaron mal desde el principio. El balance del conjunto de Perelló en el primer cuarto fue de dos triples. 5 de valoración en 15 minutos que no presagiaban nada bueno. El Andorra salió muy concentrado en defensa con Pablo Sánchez muy entonado.

El segundo acto tuvo sobresaltos. Cuando el Andorra se puso con un peligroso 8-19, el Lucentum fue capaz de reaccionar con solvencia y endosó un parcial de 11-0. Green fue clave en los buenos minutos del equipo alicantino. Se estaba viendo al mejor Lucentum, pero Schreiner quita de repente la sonrisa del rostro con dos triples consecutivos. Continuó Blanch y el parcial en contra se convierte en un 0-8. Muy doloroso final del cuarto (25-33).

Las esperanzas se diluyen

El tercer cuarto fue muy duro pese al buen inicio local. El 7-1 de salida metió de nuevo al Lucentum en el partido (34-34). Fue un simple espejismo, el Andorra cogió de nuevo el mando del encuentro y ya no volvió a soltarlo. Así, Blanch calentó su muñeca, Flis dominó todas las facetas y el parcial se fue hasta el 1-15 tras un triple de Maresch (38-54). La distancia se convertía en insalvable. No entraban los triples del Lucentum y su defensa tenía demasiadas fugas. 15-25 y partido prácticamente sentenciado al final del tercer cuarto (40-58).

Pese a la abultada diferencia en el marcador, la afición no arrojaba la toalla. Los ánimos del público no aflojaban y el Lucentum hace un tímido intento de reacción. Triples de Rivero y Huertas, pero la defensa no estuvo en consonancia con el ataque y Wright firma dos canastas consecutivas que hacían complicado creer en la remontada. El Andorra manejó muy bien la diferencia y no se complicó la vida. Cuestión de ver pasar los minutos y pensar en el partido del jueves, la gran final por el ascenso.

No fue el día de los triples para el Lucentum, principalmente para Bas y Green. El jugador alicantino anotó un triple de siete intentos, mientras que el americano tampoco tuvo una estadística brillante. Anotó dos de ocho, unas cifras poco habituales para el jugador lucentino. La contundente derrota también viene provocada por la diferencia en los rebotes. 40 capturas del Andorra por 32 del Lucentum. Brillante Pablo Sánchez en este apartado.

De esta forma, el Lucentum se mentaliza ya para el encuentro del jueves en Andorra. La final de las finales. El ascenso a la ACB en un único partido. El Lucentum ya sabe lo que es ganar en esa pista y además con contundencia en el segundo choque del "play off" por el ascenso.