El coronavirus que ha puesto patas arriba nuestras vidas ha provocado el fallecimiento de 42.619 personas en toda España y de 2.194 en la Comunidad Valenciana, según los últimos datos de mortalidad publicados por el Ministerio y la Conselleria de Sanidad el pasado viernes.

Un goteo constante de vidas truncadas que durante los picos de la pandemia alcanzaron cifras insoportables y dolorosas. Durante la primera ola de la crisis sanitaria la mayor mortalidad se registró el 3 de abril cuando se registraron 68 fallecidos notificados en un día, siempre según los datos facilitados por la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública.

Una mortalidad máxima que se alcanzó en menos de un mes desde los dos primeros fallecidos confirmados por coronavirus el 13 de marzo. Un cómputo que se elevaría a dos meses si se tiene en cuenta el primer fallecimiento por la covid-19 el 13 de febrero de un paciente en el Hospital Arnau de Vilanova al que se le hizo la autopsia con posterioridad.

Una mortalidad que solo se consiguió frenar y doblegar, por primera vez, el 31 de mayo, que fue la primera jornada sin fallecidos durante los tres primeros meses de la pandemia. Una caída de mortalidad que iba acompañada de la reducción de los contagios tras el confinamiento decretado en todo el Estado. Una contención en la mortalidad que también se logró durante doce días de junio, diecinueve días de julio y ocho días en agosto. De hecho, el 29 de agosto fue el último día en el que no se notificó ningún fallecido en la Comunidad Valenciana por coronavirus.

La curva de mortalidad de la segunda ola se acerca a niveles máximos de principios de abril

Desde entonces, la Comunidad Valenciana, como el resto de España, se ha encaramado en la segunda ola de la pandemia. El incremento sostenido de casos ha supuesto que vuelva a dispararse la mortalidad. La cuestión es: ¿de igual manera, de forma acelerada o más pausada? En la primera ola se alcanzó el pico máximo de mortalidad en un mes (si se toma como fecha de inicio los dos primeros fallecidos el 13 de marzo), aunque se partía de «cero» defunciones.

Un goteo continuo

En esta segunda ola, el pico máximo de fallecidos se alcanzó el pasado 16 de noviembre con 42 decesos por coronavirus notificados ese día. Un goteo de defunciones que no ha cesado desde el 29 de agosto y que se ha ido incrementando.

¿Son equiparables ambas olas en lo que a defunciones se refiere? Si se superponen, ambas curvas de mortalidad diaria en la primera y la segunda parecen casi gemelas. Porque la situación es la misma: Cuando repuntan las infecciones y crecen los contagios, existe un porcentaje de población que supera la enfermedad sin problemas, pero otro grupo de pacientes sucumbe a ella. De hecho, una de las mayores incógnitas sobre la covid-19 aún sigue siendo por qué «unos pasan la enfermedad como un resfriado leve y otros, aparentemente con el mismo perfil, acaban en la UCI».

A pesar de estas incógnitas, en esta segunda ola se ha avanzado en el conocimiento de la enfermedad y los tratamientos a aplicar por lo que la tasa de mortalidad es ligeramente inferior a la primera. Por último, si proyectamos el tiempo que se necesitó en la primera oleada para doblegar y vencer los picos de fallecidos diarios faltarían casi dos meses, a finales de enero, para lograrlo.

La semana con más muertos y contagios

La tercera semana de noviembre deja en la Comunidad Valenciana un descenso del 9 % en los contagios de coronavirus respecto a la anterior (1.005 menos), pero siguen subiendo las muertes, y las 157 de esta semana la convierten en la más negra desde abril. Las hospitalizaciones han bajado un 0,06 % y los ingresos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) han subido un 4,33 %, mientras la Comunidad Valenciana ha dejado de ser esta semana la autonomía peninsular con menos incidencia acumulada a catorce días, al situarse por detrás de Galicia y de Madrid, según los datos de la Conselleria y del Ministerio de Sanidad. Esta ha sido la primera semana desde octubre en la que el número de contagios baja de una semana a otra: se han notificado un total de 10.105, frente a los 11.112 de la anterior, lo que supone 1.007 casos menos y un descenso del 9,06 %, lo que evidenciaría un estancamiento en el ritmo de crecimiento de los contagios. La cifra de fallecidos esta semana es la más negra no solo de esta segunda ola de la pandemia, sino la peor desde el mes de abril. Por segunda semana consecutiva se ha superado el centenar de fallecidos, algo que no ocurría desde la cuarta semana de abril, cuando se notificaron 125 muertes. El martes se notificó el récord de fallecidos en un día de esta segunda ola, con 42 muertes, que es además la cifra más alta desde el pasado 18 de abril. Además, esta semana se ha llegado a la barrera de 700 muertes de internos de residencias de ancianos, tras sumar 27 fallecimientos que, no obstante son cinco menos que los notificados por la Conselleria de Sanidad durante la semana anterior. En noviembre, han fallecido 64 ancianos de estos centros, que es ya la cifra más alta en un mes desde mayo.