La cuenta atrás para que termine la peor de las tres olas de la pandemia de coronavirus que ha vivido la Comunidad Valenciana ha empezado. Al menos es la predicción a la que se aferran los expertos en Salud Pública, como el responsable del área de Investigación en Servicios de Salud del Centro Superior de Investigación en Salud Pública (CSISP) de la Conselleria de Sanidad, Salvador Peiró, uno de los investigadores que está asesorando al Consell en esta crisis sanitaria. «Los modelos sitúan el pico de la curva de contagios para este fin de semana, entre el 30 y el 31», explicaba Peiró, que asegura que la sensación en estos días es que el ritmo de crecimiento de contagios se había desacelerado.

Aunque las cifras de notificación de nuevos casos de la conselleria siempre suponen ir con un retraso sobre lo que realmente está pasando, en las últimas semanas el crecimiento de contagios se ha ido frenando con aumentos del volumen de contagios más contenidos de semana en semana. «Es la sensación que también tenemos, que la curva se está desacelerando pese a las cifras de nuevos casos que se dieron ayer (por el martes)», apunta Peiró en referencia a los 9.579 contagios notificados el martes y los 9.287 de ayer que copiaban la pauta de la semana anterior. Por una parte, los contagios provocados en el periodo festivo de la Navidad ya habrían dado la cara y, por otra, las restricciones aún más duras y, sobre todo, el miedo entre la población habrían hecho su parte.

«Si no hay sorpresas se cumplirá lo que apuntan los modelos porque el mensaje parece haber calado y hay miedo y preocupación entre la gente», apunta el experto en Salud Pública. Y es que, con 72.036 casos activos actualmente en la Comunidad Valenciana y 4.594 personas en los hospitales, «todo el mundo conoce a alguien que está contagiado, confinado, hospitalizado o en situación grave o ha fallecido y eso tiene un efecto directo en el comportamiento de la población», explica el experto.

Si se cumplen las expectativas, el pico de la curva se alcanzaría al menos unos 13 ó 14 días más tarde que en el resto de España según la estimación que hizo el lunes el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, que marcó el pico de la curva nacional en el día 17 de enero, lo que explicaría que ayer miércoles, por segundo día consecutivo, la Comunidad Valenciana siguiera siendo la región con más incidencia del virus de toda España.

Las dudas vienen, sin embargo, en cómo será la «desescalada» de esta tercera ola ya que al no existir un confinamiento domiciliario estricto como en la primera, el parón en la expansión del virus no será abrupto. «Será más o menos lenta. Ya tenemos la cabeza de aquí a dos o tres semanas en cómo abordar ese nuevo escenario», apunta Peiró.

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El que el virus ralentice su avance no significará, sin embargo, que la situación en los hospitales vaya a mejorar en los próximos días. Las epidemias tienen sus propios ritmos y, por la singularidad del tiempo de incubación de la covid-19 y el tiempo que pasa hasta generar complicaciones, los expertos aseguran que aún pasarán «al menos 10 o 12 días» desde que empiecen a bajar los contagios hasta que ese relajo se traduzca en una bajada real de la presión hospitalaria.