El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha propuesto la liberación de las patentes de las vacunas que hacen frente al coronavirus como solución la escasez. Lo ha planteado por primera vez esta mañana, un día después de que se tuviera previsto que comenzara en la Comunidad Valenciana la vacunación masiva de la que se venía hablando en las últimas semanas, y que finalmente no podrá arrancar aún. El jefe del Consell ha elevado este nuevo planteamiento a Apostolos Tzitzikostas, presidente del Comité Europeo de las Regiones, a través de una carta en la que también apela a las principales instituciones comunitarias: el Consejo, el Parlamento y la Comisión Europea, así como el Comité Económico y Social Europeo.
En el escrito, el presidente señala que considera que los territorios que conforman la Unión Europea deben actuar “ante un doble peligro: el nacionalismo de las vacunas y el mercantilismo de las vacunas” y apunta que las inoculaciones no pueden estar determinadas “ni por el poder adquisitivo de cada territorio ni tampoco por los intereses privados de los laboratorios”. El presidente defiende que una pandemia global requiere “una vacunación universal”.
El dirigente propone a través de la misiva soluciones que pasan por revisar los mecanismos de protección intelectual y de patentes y a apuesta por buscar o bien la “suspensión temporal” de patentes de las tecnologías médicas para tratar o prevenir el Covid, o bien por habilitar una “tercera vía” entre la independencia total de los laboratorios y la inseguridad jurídica. “Una tercera vía, por ejemplo, con fórmulas de compensación a las empresas farmacéuticas afectadas si se opta por el marco jurídico que permite, ante condiciones excepcionales, otorgar a terceras empresas las llamadas ‘licencias obligatorias’ en paralelo a las patentes”, explica Puig.
Para este mes de abril, el presidente de la Comunidad había calculado, en declaraciones realizadas hace unas semanas, que serían 400.000 dosis las que se estarían poniendo semanalmente, pero esta vacunación masiva se ha ido condicionando posteriormente a las unidades con las que se contara. Finalmente, ha quedado pospuesta. Puig critica en su carta “la perspectiva de que miles de millones de personas vayan a tener que esperar varios años para ser vacunadas por falta de producción”. “Ni el mercado ni la burocracia pueden ser obstáculo a la ciencia y a la salud”, apunta al tiempo que pone como ejemplo el modelo adoptado por Estados para aumentar la producción.
