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Un socialista «austero» y azote político de Grau

Rafael Rubio lleva en cargos públicos desde 1996 y su carrera ha ido paralela muchos años a la del ministro Ábalos

El subdelegado del Gobierno Rafael Rubio, en una imagen de archivo.

Inverosímil. En los círculos socialistas de València la detención de Rafael Rubio fue recibida ayer con este calificativo. Rafa Rubio es militante desde 1981 y lleva en cargos públicos por el PSPV-PSOE desde septiembre de 1996. Antes ya fue asesor en el Ayuntamiento de València.

Licenciado en Geografía, profesor de Primaria y funcionario municipal, su vida laboral en la política se resume así: concejal en el Ayuntamiento del cap i casal desde 1996 hasta 2011 (fue diputado provincial los últimos cuatro años de esa etapa); diputado en las Cortes la legislatura siguiente; coordinador de Urbanismo en el Ayuntamiento de 2015 a 2019 (con el primer gobierno de la izquierda tras 24 años de hegemonía del PP), y subdelegado del Gobierno en València desde junio de 2020 hasta ayer, cuando fue destituido. Fue secretario general del PSPV en la capital de 2000 a 2007 y candidato a alcalde en 2003. Un histórico, por tanto, aunque su peso en el partido era prácticamente nulo desde 2015.

La carrera de Rubio ha ido paralela a la del hoy secretario de Organización del PSOE y ministro, José Luis Ábalos, con el que coincidió en el Ayuntamiento de 1999 a 2009. Han sido adversarios en el partido, compañeros de bancada y aliados cuando se requería. Rubio nunca ha sido un fiel al hoy llamado «abalismo», pero ha existido un respeto mutuo durante años. Sin el aval del secretario de Organización, Rubio difícilmente podría haber sido subdelegado del Gobierno en 2020. Su detención ha sido una sorpresa, a pesar de llevar ya en la mochila una imputación por Taula, por la contratación de dos presuntos zombis a cargo de Imelsa.

¿Por qué inverosímil? Hay que conocer al personaje. Y hay tres rasgos que destacan en un día como hoy. Rubio se ha ganado una fama de político austero (por no decir cicatero). Rubio siempre ha sido, además, temeroso en sus decisiones políticas, aseguran colaboradores. Y Rubio ha sido el gran adversario político de Alfonso Grau en los tiempos que se vieron las caras en el consistorio. La animadversión entre ambos rayaba lo personal. Grau denunció incluso a Rubio por derecho al honor. El socialista fue azote durante años del vicealcalde. Denunció que tenía una empresa dedicada a urbanismo. Y Grau lo llevó a los tribunales. Quedó en nada. Era 2005, inicio del periodo que se investiga ahora en aquel tiempo de burbuja urbanística, corrupción y sensación extendida de impunidad.

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