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Ferran Torrent renuncia al Premi de les Lletres Valencianes ante la "deriva" de Mazón con el valenciano

El escritor de Sedaví, que recibió el galardón el 8 de octubre de 2024 en Alicante, asegura que la lengua "no puede ser sometida a criterios políticos que desnaturalizan su papel en nuestra identidad"

Mazón aplaude a Ferran Torrent en la entrega del premio.

Mazón aplaude a Ferran Torrent en la entrega del premio. / Rafa Arjones

Voro Contreras

Voro Contreras

València

El escritor Ferran Torrent ha presentado su renuncia al Premi de les Lletres Valencianes por la “deriva académica e institucional” que ha tomado el Consell “cada vez más poco respetuosa con el valenciano, con su presencia pública y con su valor como lengua de cultura”.

En una carta dirigida al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, a la que ha tenido acceso Levante-EMV, Torrent asegura que toma esta decisión “desde el respeto personal, pero también desde la convicción de que la lengua no puede ser sometida a silencios burocráticos o a criterios políticos que desnaturalizan su papel central en nuestra identidad colectiva”. “No es posible disociar las letras valencianas de la lengua les que da sentido”, explica el escritor, que recibió el galardón el 8 de octubre de 2024 en Alicante.

"Es papel mojado"

En este sentido, Torrent señala que aceptó el Premi de les Lletres Valencianes porque la persona que se lo comunicó, el director general de Cultura, Miquel Nadal, “humana e intelectualmente me merece todos los respetos”. “También porque entonces todavía quería creer que aquel reconocimiento formaba parte de cierta normalidad política y cultural que, a pesar de los avatares, podía mantener viva una dignidad institucional”.

El escritor de Sedaví explica en la misiva a Mazón que el diploma que le libró el jefe del Consellse lo llevó la barrancada” del 29 de octubre. “Y, quizá, aquel presagio fue suficiente: probablemente, ya sabía el agua desatada que el premio era papel mojado”, concluye Torrent.

Ya en una entrevista concedida a este periódico el pasado mes de febrero, el autor de “Gràcies per la propina” aseguró que hubiera ya devuelto el Premi ante la gestión que la Generalitat estaba haciendo de la catástrofe. “Pero ahora sería hacer demagogia y volver a centrar la atención en mí”, justificaba a continuación.

Un premio al humor y la ironía

La Generalitat decidió concederle el Premi de les Lletres Valencianes a Ferran Torrent “como reconocimiento a su talento para pasar por el tamiz del humor y la ironía las historias que cuenta, y para construir un universo de ficción en el que se representa la estampa de la ciudad de València”.

En el acto de entrega de estos galardones culturales celebrado el 8 de octubre en Alicante, Torrent habló en representación de todos los premiados y defendió una “Cultura que no admite más título de propiedad que el reconocimiento a los autores”. El escritor lanzó “una llamada para que las sociedades” se acerquen a las manifestaciones artísticas “sin apriorismos ideológicos”. “¿Dejaríais de leer a Josep Pla, Joan Fuster o Gilbert K. Chesterton por discrepancias políticas, religiosas o ideológicas?”, preguntó a la audiencia.

Torrent finalizó aquel discurso reconociendo estar "sinceramente agradecido" por el galardón literario, "que no esperaba" y que, confesó, compartió con su hermana María Isabel, enferma de alzhéimer, cuando aún no podía hacerse público. "Fueron veinte segundos de ilusión por los que mereció la pena romper el secreto", reveló.

La carta de Ferran Torrent a Carlos Mazón

Senyor president de la Generalitat,

El 8 d’octubre de l’any passat, a la ciutat d’Alacant, em va lliurar el Premi de les Lletres Valencianes. Vaig acceptar-lo perquè la persona que m’ho va comunicar, Miquel Nadal, Director General de Cultura, humanament i Intel.lectualment, em mereix tots els respectes; també, perquè aleshores encara volia creure que aquell reconeixement formava part d’una certa normalitat política i cultural que, malgrat els avatars, podia mantindre viva una dignitat institucional.

Hui, però, davant la deriva que ha pres el Consell –una deriva acadèmica i institucional cada vegada més poc respectuosa amb el valencià, amb la seua presència pública i amb el seu valor com a llengua de cultura-, em veig obligat a renunciar al guardó.

Ho faig des del respecte personal, però també des de la convicció que la llengua no pot ser relegada ni sotmesa a silencis burocràtics o a criteris polítics que en desnaturalitzen el paper central en la nostra identitat col.lectiva. No és possible dissociar les lletres valencianes de la llengua que hi dona sentit.

El diploma que vosté em va lliurar se’l va endur la barrancada. I, potser, aquell presagi fou suficient: probablement, ja sabia l’aigua desfermada que el premi era paper mullat.

Atentament

Ferran Torrent

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