«Nunca podremos alcanzar la igualdad real si seguimos educando a niños y niñas de forma diferente». La frase pronunciada por Marina Marroquí en la tercera ponencia del ciclo Gestionando Hijos, el evento de ideas formativas dirigido a madres, padres y profesionales de la educación que organiza Prensa Ibérica durante el mes de octubre en Alicante y cuya inscripción es gratuita.

La educadora social, referente nacional en la cruzada por la coeducación infantil, explicó que, según un estudio realizado por la revista «Science» en 2017, a los 6 años, una niña ya se siente intelectualmente inferior a un niño de su edad y, a los 8 años, niños y niñas tienen interiorizados sus roles sociales y sus atributos.

Marina Marroquí ha llegado a la conclusión de que se nos educa con aspiraciones diferentes desde pequeños en función del género y que, incluso, en el colegio, ellos y ellas ocupan espacios distintos en el recreo. La educadora social ilicitana, víctima de violencia machista en el pasado, asegura que en la infancia se construyen la personalidad, la autoestima, la tolerancia, la frustración, las habilidades para resolver conflictos y también se forjan los sueños, las aspiraciones. Educar en igualdad permite a niños y niñas llegar a ser lo que quieran sin sesgo de género, a tener las mismas oportunidades aspiracionales, a terminar con el ellos, astronautas y médicos, y ellas, azafatas y enfermeras.

«Nunca podremos alcanzar la igualdad real si seguimos educando a niñas y niños de manera diferente, con aspiraciones distintas», Marina Marroquí, educadora social.

Marroquí sostiene en su charla que el «estereotipo impide desarrollar la personalidad de cada uno porque hacemos lo que se espera de nosotros y no lo que de verdad queremos», circunstancia que, cuando se alcanza la adolescencia, potencia la frustración de los individuos.

La presidenta de la Asociación Ilicitana Contra la Violencia de Género (AIVIG), y autora del libro Eso no es amor: 30 retos para trabajar en igualdad, enumera los problemas que causa la educación que no apuesta por la equidad de niños y niñas.

Según las estadísticas aportadas por Marina Marroquí, «uno de cada 4 menores sufre bullying (maltrato en el entorno escolar). Una de cada tres adolescentes padece violencia machista. Uno de cada 5 menores es víctima de abuso sexual y, cada 6 horas, se denuncia una violación a pesar de que únicamente el 5% lo llega a denunciar.

La educadora social ilicitana defiende que, a lo largo de la historia, se ha premiado la violencia, que quien la ejerce, obtiene reconocimiento, afianza su pertenencia al grupo, gana poder y tiene aprobación. «Siempre está bien visto ser el machote del grupo, se asocia al liderazgo», lamenta Marroquí.

Para acabar con este problema, Marina Marroquí propone seis tareas educativas: la primera, ser conscientes del estereotipo para acabar con él. Además, construir una autoestima basada en el propio potencial intelectual del menor, no en su fuerza o aspecto físico; aprender cómo es nuestro hijo, qué le gusta, qué siente, que le hace a él feliz; hacer conscientes a los menores del dolor ajeno, no esconderlos en una burbuja, hacerles entender que la desigualdad hace que la gente sufra; dar todas las opciones y potenciar las habilidades que la sociedad les oculta, la que les restringe solo por ser un niño o ser niña; y, por último, despertarles la mentalidad crítica.

Marroquí desveló que las previsiones estimas que la igualdad real entre hombres y mujeres no llegará hasta dentro de 170 años, pero que hay que inculcarla desde ya porque «la igualdad consigue que los seres humanos sean más libres, más felices y mejores personas», frase que utilizó la presidenta de AIVIG para cerrar su charla digital: Educar en igualdad, ¿reto o realidad?

Momento de la charla de Fernando Botella.

La creatividad necesita tiempo y ganas de hacer

Potenciar la creatividad infantil desde la familia, desde lo cotidiano, en el día a día, es un factor clave en la educación y el desarrollo de niños y niñas. Fernando Botella, responsable de la cuarta ponencia del ciclo Gestionando Hijos, la programación de conferencias virtuales que organiza Prensa Ibérica en Alicante a lo largo del mes para madres, padres y profesionales, subrayó en su charla la influencia superlativa que tienen los progenitores en el desarrollo creativo de los hijos.

Para acotar el término, uno de los coach ejecutivos más prestigiosos del país, explicó que la creatividad no consiste en dar papel y pinturas, no es un arte, no son manualidades que requieran de destreza previa y tampoco es genialidad. Según Botella, «la creatividad no es una cuestión de suerte, es algo que se trabaja y que, cuando se hace, mejora la fluidez mental». El profesor, para refrendar su alocución, recordó la cita de Ken Robinson: «No puedes crear si no estás dispuesto a equivocarte».

El CEO de la consultora Think&Action y experto en talento y coaching, está convencido de que la creatividad proporciona a los niños y niñas fluidez mental, originalidad, capacidad analítica, flexibilidad, visión amplificada a la hora de valorar situaciones o discusiones y capacidad de síntesis, facultades todas ellas «que permiten al individuo socializar, entender su entorno».

Fernando Botella, entusiasta en la transmisión de su mensaje, define la creatividad «como la capacidad de ver la realidad de una manera desacostumbrada». O sea, mirar más allá, salirse de los límites, en sus propias palabras, «colorear fuera de los márgenes del dibujo». Para él, «requiere un esfuerzo y sirve para desarrollar la perseverancia», dado que, a juicio de este coach ejecutivo, autor del libro ¿Cómo entrenar la mente? Y Aprender de forma exponencial, la creatividad en los seres humanos «se aprende» y, en la medida de lo posible, «no hay que coartarla».

Consejos para potenciarla

Botella considera fundamental favorecer la experimentación en los niños y niñas, «no castigar el error y aceptar la imperfección de nuestros hijos». Tiene muy claro que hay cinco formas de activar la creatividad.

Despertar la curiosidad (la imaginación) porque eso permite a los individuos conectar con el futuro, abrirte la mente.

▶ Dejar que los menores tengan su propio tiempo, uno que les pertenezca solo a ellos, fuera de las actividades escolares y extraescolares porque no todo el tiempo del hijo es propiedad de los padres.

Acompañar a los niños y niñas en el aprendizaje, en la experimentación, dedicarle parte de tu tiempo, preguntarle, indagar en las cosas, las situaciones y los temas con él.

Estimularle para que ponga en práctica el verbo hacer. Cuantas más cosas haga, más fácil será que encuentre su verdadera vocación, que se apasione por las cosas, que se conozca y explote sus facultades creativas.

Trabajar en equipo porque las ideas nacen de la suma, de la unión de esfuerzos, del contraste de pareceres.

El error al intentar algo nunca se debería castigar, hay que aceptar las imperfección de nuestros hijos y despertar su curiosidad», Fernando Botella, coach ejecutivo y profesor.

Fernando Botella deja un último consejo para que la familia sea un entorno propicio para el desarrollo de la creatividad de los hijos e hijas: «Demos más peso a sus sueños que a nuestras excusas (lo que no conseguimos y quisimos ser, lo que hemos proyectado para ellos). Escúchenles, pregúntenles, dedíquenles el tiempo a desarrollar eso que más les gusta». La receta parece sencilla, ahora solo hace falta aplicarla.