La ciencia ha demostrado «que todos somos buenos al nacer». Con esta afirmación, el neuropsicólogo infantil José Ramón Gamo, articula una ponencia en la que trata de dar pautas para evitar que los niños y niñas sucumban a la cultura global digital que imponen los entornos virtuales en tiempos de confinamiento.

El profesor defiende que, en la educación, tiene más influencia el modelo (dar ejemplo) que el modelaje (dar órdenes) y esto es algo que la formación a distancia dificulta sobremanera. Además, Gamo subraya que la enseñanza de niño a niño es más eficaz que la de adulto a niño, de ahí la relevancia de «crear entornos de proximidad, familiares o sociales, en los que los más pequeños mantengan el contacto con sus amigos o con otros niños para no perder esa parte de su formación».

El ser humano, como especie eusocial, tiene la capacidad de sacrificarse por sus semejantes, de trabajar en beneficio del grupo y de cuidar a las crías de los demás, por eso precisa potenciar conceptos como el altruismo, la colaboración y la solidaridad.

Existen cuatro tipos de personas

En este punto, Gamo distingue entre cuatro tipos de personas.

- Los Malvados: se favorecen a ellos perjudicando a los demás.

- Los Héroes: No se favorecen a ellos, pero sí al resto.

- Los Inteligentes: se favorecen ellos y benefician a los demás.

- Los Estúpidos: se perjudican a sí mismos para perjudicar al resto.

Hasta ahora, se han desarrollado dos modelos educativos: uno que premia solo la inteligencia (que a largo plazo crea adultos poco resilientes) y otro que valora el esfuerzo, la implicación, el compromiso, el trabajo... (que da como resultado, adultos que no bajan los brazos al primer revés).

Un instante de la ponencia online de José Ramón Gamo en “Gestionando Hijos”

Un instante de la ponencia online de José Ramón Gamo en “Gestionando Hijos”

Redes Sociales y la influencia de ganar dinero sin esfuerzo

La evolución de las redes sociales y las tecnologías de la comunicación ha hecho que la influencia de la educación que ser recibe en casa, en el entorno familiar, en el aula, ceda terreno frente a la cultura global. En este entorno, se ha notado un incremento sustancial de menores que aspiran a ganar dinero sin esfuerzo, sin sacrificio, sin trabajo, a hacerse millonarios porque sí, siendo influencers.

Solo existe un modo de combatir esta falsa creencia: dedicar tiempo a conocer qué hacen los hijos en los entornos virtuales, saber a qué juegan, en qué redes sociales interactúan y así poder ofrecerles otra perspectiva, conseguir inculcarles otros valores y despertar su espíritu crítico.

«Las comunidades de videojuegos hacen que los menores no necesiten un modelo paterno para aprender»

 

Despreocuparse por lo que hace un menor con sus telecomunicaciones deviene en que los niños dejen de necesitar y prestar atención a los modelos paternos a edades cada vez más tempranas, que el adulto deje de ser relevante para el hijo de manera prematura.

Los padres y madres están obligados a conocer las fabulaciones digitales de sus hijos para ofrecerles una alternativa, para darles contexto, para hacerles ver que sin esfuerzo no se consigue nada, tampoco en la red. En definitiva, que cuando le llegue el momento de ganarse la vida, «quiera hacerlo buscando su beneficio y también el de los demás», esgrime José Ramón Gamo en el último de los seminarios del ciclo de ponencias de Gestionando Hijos que, a lo largo del mes octubre, ha organizado Prensa Ibérica en Alicante para padres, madres y educadores.