- El título de la conferencia que ofrece hoy, a las 20.15 horas, es muy sugerente: "El patrimonio edificado: su resignificación como memoria colectiva y su optimización como recurso socio-económico".

El patrimonio tiene una bidimensionalidad de la que no somos conscientes. Es memoria del pasado, pero también un recurso para el presente y el futuro. Hay que abundar en ambas ideas. Como memoria del pasado, antes de su modificación o reconversion hay que decodificar sus características históricas. Un arquitecto no es quien, por muy prestigioso que sea, para modificar ese documento histórico a su antojo.

- El tema de la transformación de edificios antiguos en otros de nuevo uso es muy frecuente.

Y es bueno que sea así. Para mantener el patrimonio vivo hay que reutilizarlo pero hay que partir de la base de que esos edificios tienen una función de memoria histórica que hay que conservar.

- ¿Cree que eso se hace?

No, no se hace. Bueno se hace teóricamente pero en la práctica no. Se hace para cumplir el expediente y se olvida que el patrimonio tiene dos rasgos importantes: su fragilidad y su irreversibilidad. Y yo creo que el patrimonio se va a convertir en un recurso económico de primer orden, el turismo cultural cada vez tiene más aceptación y hay que asumir esa nueva circunstancia que va a valorar más un turismo culto y cada vez menos el de chiringuito.

- ¿Cree que esa reconversión debería darse en Alicante?

Alicante no ha sido muy respetuosa con el patrimonio de su ciudad, aunque todavía se pueden hacer muchas cosas.

- ¿Qué haría usted con el Castillo de Santa Bárbara o con la Concatedral de Alicante?

Lo primero es asumir que el castillo o la iglesia no son un problema, pero la gente ve las cosas como un problema en vez de como una oportunidad. Hay que ver las dos dimensiones, la de memoria histórica y la de recurso económico. Quizá todavía la sociedad no es consciente de las posibilidades que tienen esos monumentos.

- En la costa alicantina la especulación del suelo ha llevado en muchas ocasiones a la destrucción del patrimonio arqueológico.

El problema es que muchas decisiones que se han tomado en la costa mediterránea son irreversibles y las han tomado generaciones para desgracia de las siguientes generaciones. Los ecologistas, y ya era hora, nos han convencido de la importancia de la sostenibilidad, pero exactamente igual es el tema del patrimonio. Una persona sin memoria es un enfermo de alzheimer y hay también sociedades con alzherimer colectivo que se quedan sin memoria.

- La restauración de la Catedral de Santa María de Vitoria-Gasteiz supuso un hito por el hecho de que usted dejaba que la gente pudiera contemplar cómo se trabaja, con el lema "abierto por obras".

Fuimos pioneros en hacer un estudio de impacto económico y vimos que el proyecto había generado por cada euro invertido cuatro de beneficio. Si además lo compartes con la gente y se lo explicas, acaba siendo cómplice de lo que estás haciendo. No es una cosa de técnicos que luego un político inaugura cortando la cinta, sino una oportunidad para que la sociedad conozca ese lugar.

- ¿Qué le pareció el hecho de que Ken Follet viese esa actuación y le inspirase para la segunda parte de "Los pilares de la tierra"?

Para mí lo de Ken Follet supuso un eco mediático importante y eso tiene su valor, pero además hay que decir que pasaron por allá Saramago, Vargas Llosa y algún premio Nobel. Todo eso ha servido para generar una dinámica cultural en torno a la catedral.