El Rey ha acudido esta mañana a la capilla ardiente del escritor Francisco Ayala, donde ha dado el pésame a su viuda, Carolyn Richmond, y demás familia, y ha coincidido con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que aún continúa en el tanatorio del Parque de San Isidro.

Don Juan Carlos, que ha permanecido unos quince minutos en la sala donde ayer se instaló la capilla ardiente de Ayala, ha abandonado el tanatorio sin hacer declaraciones.

La Reina, según informaron a Efe fuentes próximas a la familia, visitó el domicilio de Ayala ayer para dar el pésame a Richmond y hoy no ha podido acompañar al Rey al encontrarse de viaje en Palencia.

El presidente del Gobierno llegó a la capilla ardiente de Ayala, fallecido ayer a los 103 años en su domicilio de Madrid, acompañado de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, en una jornada en la que son incesantes los testimonios de pésame y recuerdo hacia el gran escritor.

A continuación, llegaron los Príncipes de Asturias, quienes permanecieron en el tanatorio del Parque de San Isidro aproximadamente veinte minutos, y luego se marcharon hacia el Teatro María Guerrero, sede del Centro Dramático Nacional, donde está instalada la capilla ardiente del actor José Luis López Vázquez, fallecido el pasado lunes.

La viuda del escritor, el director gerente de la Fundación Ayala, Rafael Juárez, y el escritor Luis García Montero, salieron a recibir al presidente, que, instantes después, accedía a la sala en la que están los restos del escritor para entrar, junto a Richmond, en el espacio donde reposa el féretro.

La capilla ardiente, que se instaló ayer a las siete de la tarde, ha sido reabierta esta mañana a las nueve y lo estará hasta el mediodía, hora a partir de la que se celebrará la incineración, en un lugar que la familia no ha querido hacer público porque quiere que la ceremonia, cumpliendo los deseos del escritor, sea en la más estricta intimidad.