Laura Freixas abrió ayer el curso "Escritura y escritoras de España e Hispanoamérica" organizado por el Centro de Estudios sobre la Mujer de la UA.

- ¿Aún hay que hablar de literatura femenina y masculina?

Un tema es si hay una literatura femenina con características propias y otro, si compiten en igualdad de condiciones en el mercado. Lo segundo no es opinable, es estadística: hay muchas menos escritoras que escritores, un 25%, y la proporción baja muchísimo en premios nacionales o de editoriales; los libros de mujeres que se reseñan en los periódicos son un 15% y 25 años antes era prácticamente igual. Cuantitativamente, estamos muy lejos de la igualdad, muy lejos.

- ¿Y cualitativamente?

Cuando se habla de literatura femenina se tiende a suponer que es algo inferior y por esa desvalorización de todo lo femenino en el campo de la cultura, las escritoras instintivamente dicen que no existe la literatura femenina. Pero en la literatura escrita por mujeres se aportan nuevos temas, puntos de vista, argumentos. Pocas veces han tomado la palabra y ahora lo están empezando a hacer. Uno de esos temas nuevos es el de la relación madres e hijas, que no existe en la literatura masculina, y otro tema poco desarrollado es el de la maternidad.

- ¿De quién es culpa ese menosprecio a lo femenino?

Es simplemente la ideología patriarcal aplicada a este campo, como a otros, cuyos pilares están en el lenguaje, que dice que el hombre es el todo y la mujer, una parte. La primera gran discriminación en la mente de todos es que lo masculino es visto como humano y lo femenino sólo como femenino. Una novela de una mujer escrita por una mujer no encarna al ser humano, es para mujeres, y no ocurre igual al contrario.

- Dice que la literatura femenina es la historia de un falso boom, ¿por qué?

Porque a finales de los 90 se dice que hay un boom de la literatura femenina, que las mujeres venden más que los hombres, que acaparan más premios, y yo demuestro con datos que eso es falso, muy falso. Analizo varios titulares de prensa donde hay una actitud ostensible de celebrar el triunfo femenino, pero cuando lees entre líneas, la actitud es de desvalorizarlo o ridiculizarlo.

- ¿Algún ejemplo?

Cuando Maruja Torres ganó el premio Planeta con Marcela Serrano como finalista un periódico tituló "El planeta de las mujeres", que inconscientemente se asocia a "El plantea de los simios", se tiende a ridiculizar. Es decir, que las mujeres en el mundo de la cultura son vistas como intrusas.

¿Intrusas para quién?

Creo que incluso nosotras nos sentimos un poco así. Los temas que muchas veces conocemos y nos interesan no son temas de la tradición literaria porque se asocian a la subcultura o a las revistas femeninas. Si yo quiero escribir sobre un ama de casa, eso tiene poco prestigio literario.

- ¿Qué tópicos rodean a la literatura hecha por mujeres?

Muchas veces se habla de ella con retintín, como si fuera de peor calidad, o también en escritores que escriben para mujeres como si fueran un público de segunda categoría, cuando son el público más culto que hay. El prejuicio principal es considerar lo femenino como algo que no interesa a todos. Yo como lectora me puedo identificar con las peripecias de un guerrero y parece que al revés no funciona para los hombres, que nunca se identificará con los dilemas de un ama de casa.

- ¿Los hombres no leen literatura hecha por mujeres?

Por simple observación, a las mujeres nos leen mujeres y se ve en las ferias de libros: de cada 10 personas, nueve son mujeres y el décimo es un hombre que pide la dedicatoria para su mujer. Nosotras leemos a hombres porque el 90% de la literatura publicada es masculina y hemos sido entrenadas para identificarnos con protagonistas masculinos, no a la inversa.

- ¿Ayudaría si hubiera más mujeres en sillones de la RAE?

Por supuesto. Creo que la diferencia cuantitativa termina por volverse cualitativa. No es sólo una cuestión de más mujeres, sino de que haya una reflexión sobre lo masculino y lo femenino. Las mujeres también somos víctimas de nuestro prejuicio y cuando hablamos de literatura con mayúsculas eliminamos a las mujeres.

- ¿Esa ausencia no se justifica con que hay menos escritoras?

Hay menos, pero no tantas menos, ni mucho menos. Si hay un 25% de mujeres entre los escritores, no hay un 25% de premiadas. Y menos mujeres serán escritoras si ven que no llegan a la cima.