?Lleva doce años luchando por el mundo de la viñeta en De Ponent. ¿Se ve como Superman o como Jabato?

Yo me veo más como un Carpanta. No es una cuestión de vencer a los enemigos sino de posicionar a autores y productos que han estado bastante denostados por los lectores de cómic. Arriesgamos mucho porque somos de los pocos editores que encargamos obra. Ese es el gran riesgo de ser una editorial de vanguardia, que es como nos definen. Y tenemos ya un catálogo de 140 libros vivos.

- De Ponent participa en las ferias nacionales e internacionales más importantes, su trabajo es reconocido en muchísimos países. ¿Su editorial se conoce más fuera que en Alicante?

Por supuesto, pero eso es habitual. Nadie es profeta en su tierra y menos en Alicante. Nosotros somos muy reconocidos en Cataluña, el País Vasco o Madrid. Incluso aquí algunos nos tratan como si fuéramos unos miserias, cuando en otros sitios nos ponen alfombra roja. Vamos al Festival de Angulen y todos los años nos venimos con ventas, en Nueva York, en Roma... Tenemos un nombre, pero aquí pierden el culo por traer a gente de fuera y se maltrata a los de casa.

- Dígame su personaje de cómic favorito y el primer tebeo que leyó.

Mi personaje favorito es El guerrero del antifaz, porque es el héroe que lucha por las causas buenas y en estos momentos no hay ni héroes ni causas buenas. Y el primer tebeo que leí fue Pumby de Sanchís... es uno de mis preferidos.

- Ahora vemos historias ilustradas que son auténticos libros. ¿Los cómics ya no son solo de superhéroes?

Exacto, porque hay que entender que la historieta es un medio de comunicación, como el cine, el teatro o la literatura. Y cuando hablamos de géneros, en la historieta también podemos hablar de acción, comedia e incluso hablar de sí mismo, como hace la novela. Y tenemos que pensar que los superhéroes son una creación del mundo anglosajón y nacen en EE UU, ellos han tenido que crear un mundo de héroes. El mundo latino y europeo tiene una historia con héroes clásicos y no necesita esa fantasía.

- En 2007, el Gobierno instituyó el Premio Nacional de Cómic. Ya era hora o supone institucionalizar demasiado este tipo de creación.

Yo lo veo muy bien. Creo que se ha pagado una deuda histórica que se tenía con los autores de la historieta. Es un medio de comunicación muy bueno, de un gran valor pedagógico. Incluso un premio como el Pulitzer se le ha dado a un cómic, Maus. Y la primera vez que un cómic ha ganado un certamen de narrativa, el Premio Cálamo, hemos sido nosotros el pasado mes de febrero con El arte de volar.

- Esta semana se ha vendido la portada del primer número de Superman de Action Comics por 1,5 millones, por encima de muchas obras de arte...

Yo veo que es lo que tiene que ir ocurriendo con el tiempo. Estamos en un mundo en el que todo tiene un valor y más pronto o más tarde tenía que llegar al mundo de la historieta.

- ¿Conoce famosos que estén enganchados al cómic?

El magistrado Jiménez de Parga, los chicos de Amaral, Santiago Auserón, López Aguilar, Carmen Alborch...

- ¿Qué superhéroe nos haría falta para salvar el mundo?

Me gustaría que fuera un superhéroe humano. Los malos serían la banca, los malos gobernantes... a los que les debemos la crisis. Con nombres y apellidos. Sí, que fuera capaz de barrer toda esa mala gestión financiera y la corrupción. Que nos diera alientos para seguir trabajando. También me gustaría que fuera un superhéroe que aportara un poco de razón, justicia y entendimiento. Un superhéroe valenciano. Y que se llamara Menfotisme.