La tecnología ha abierto las puertas a nuevos horizontes. La sociedad crece modificando su conducta en torno a los avances digitales. Quien más y quien menos ha enviado un correo electrónico, ha visitado una web, ha gestionado alguna compra o ha buscado la mejor oferta para las últimas vacaciones. Todo el mundo busca respuestas. Y para ello, ahora, además de los navegadores, foros o plataformas de autoayuda, existen grupos de profesionales preparados para atender al ciudadano ratón en mano. Hablamos de la terapia psicológica a través de Internet.

La falta de tiempo, el miedo a reconocer el problema en persona, la imposibilidad de llegar hasta la consulta o la ventaja de ser un método más económico, son algunas de las razones que empujan a algunas personas a buscar una alternativa digital.

Tanto para Alberto Bermejo, psicólogo alicantino miembro del equipo de tuspsicologos.com, como para Reyes Moliner, psicóloga del Centro Previsl de Valencia, el tratamiento online es una gran herramienta que permite mejorar el seguimiento de los pacientes y la interacción con ellos cuando no les es posible acudir a la consulta.

Las herramientas que principalmente se utilizan en este tipo de sesiones son los programas de mensajería instantánea como MessengerSkype, los cuales aúnan la posibilidad de entablar las conversaciones a través de vídeo conferencia o de forma escrita. Se complementa el seguimiento on-line con el apoyo del correo electrónico, a través del cual se remiten los cuestionarios, ejercicios, o diversas tareas que el especialista crea oportuno para el tratamiento del usuario del servicio. Todos estos mecanismos ofrecen la ventaja de que pueden permanecer registrados, ofreciendo la posibilidad tanto al paciente como al terapeuta de realizar un análisis posterior de las sesiones.

Sin embargo, ambos especialistas coinciden en la idea de que nada puede sustituir a la terapia presencial, ya que a pesar del uso del chat o la vídeo conferencia, la interrelación psicólogo-paciente cara a cara es algo esencial. "Los ojos, la forma de moverse, la tensión de las manos, son indicadores que a través de la pantalla son difíciles da valorar", apunta Bermejo.

Los últimos estudios realizados por diversos centros de investigación de distintas universidades nacionales e internacionales ( Jaime I de Castellón, Universidad de Valencia, Universidad de Bristol) confirman esta relación simbiótica entre el tratamiento presencial y el online, llegando a aumentar las expectativas de recuperación en un 30 % frente a un grupo de individuos que sólo reciban terapia tradicional. "Disponemos de evidencias claras de la efectividad del tratamiento con realidad virtual en el tratamiento de fobias específicas o trastornos de ansiedad, así como de la efectividad del seguimiento de la terapia online", reconoce Reyes Moliner.

Carencias

Uno de los factores que más influye en la aplicación y desarrollo de esta alternativa en la atención psicológica es la falta de ancho de banda en la conexión a la red, responsable de que en numerosas ocasiones las vídeo conferencias se vean afectadas por el retardo de la señal. A esto se suma el elevado precio del servicio en España, lo que según Bermejo suponen los principales problemas a la hora de llevar a cabo la terapia online. "Todavía falta mucho para que la asistencia psicológica a través de la red llegue al gran público", comenta Bermejo.

La salud psicológica es una asignatura pendiente, la sociedad no ha vencido el tabú que rodea la necesidad de ayuda para controlar las emociones, para ser capaz de superar la muerte de un familiar, vencer el miedo a salir a la calle o decidir subir a un avión. "Mucha gente sólo busca apoyo para tomar decisiones", reconoce Bermejo, el cual apunta que "son muchos los que realizan únicamente la primera sesión, quizá porque es gratis".

Realidad virtual

Existen algunos centros de tratamiento e investigación como el centro Previsl, con sedes en Castellón, Valencia y Alicante, o el centro de investigación de la Universidad Jaime I, Labpsitec, que están desarrollando programas específicos para patologías muy concretas. Es el caso de programas como Háblame, un software diseñado para que el usuario se enfrente al miedo a hablar en público a través de diferentes etapas en las que primero se evalúa la gravedad del problema y luego se ataja reproduciendo esas situaciones que le impiden desarrollarse como individuo. "La imaginación consigue que a pesar de ser situaciones ficticias el paciente se sitúe, llegando a sentir lo mismo que en la situación real", apunta Reyes Moliner. Así, cualquier persona puede acceder mediante el navegador a la plataforma internetmeayuda.com y descubrir a través de un escueto test si necesita tratamiento. En caso afirmativo, el programa va guiando al usuario paso a paso por diferentes pantallas en las que se proponen distintos ejercicios.

La terapia, no es gratuita, pero aseguran un alto grado de efectividad.

Aquí y ahora

Cualquier persona, desde cualquier lugar puede acceder a la atención psicológica que necesite, siempre y cuando disponga de conexión a Internet. Además, las consultas online, aparte de ser hasta un 40% más baratas, suelen aportar la confidencialidad que algunos pacientes buscan para tratar temas socialmente inaceptables, como pueden ser tendencias pedófilas o pensamientos homicidas. Sin embargo, es una gran oportunidad para aquellos que debido a su estilo de vida o problemas de movilidad no pueden desplazarse hasta la consulta del terapeuta.

Un caso muy específico es la atención psicológica en personas mayores. Para la psicóloga Reyes Moliner, no existen barreras a pesar de la edad: "Lejos de lo que se cree la gente mayor responde muy bien, sólo es necesario realizar un par de sesiones guiadas para que aprendan el manejo básico". A pesar de que las nuevas tecnologías suelen parecer elementos distantes y ajenos a aquellos que las han visto surgir prácticamente de la nada, el mundo digital ofrece herramientas de interacción que facilita la recuperación de la autoestima y la pérdida del miedo a un mundo muy distinto al que los vio crecer.

Las nuevas tecnologías han modificado esa aldea global de la que habló Marshall McLuhan ya en 1968, cuando el filósofo canadiense utilizó la televisión como ejemplo para explicar el efecto que tendría los avances en electrónica en la comunicación, llegando a convertir las relaciones humanas globales en algo tan cercano y cotidiano como la convivencia diaria en un pueblo. Hoy, el crecimiento exponencial del uso de las nuevas tecnologías, así como el aumento del ancho de banda de las conexiones a Internet, han facilitado que no sólo el ocio encuentre su hueco en la red, sino que en ella se desarrollen funciones tan primordiales como la asistencia psicológica a través de la Web.