"Nosotros seremos los clásicos en el futuro". Lo dice la dramaturga madrileña Margarita Sánchez, que llegó ayer a la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos para presentar su obra Mi mapa de Madrid. "Creo que la gente necesita saber qué es el teatro contemporáneo y lo que tenemos que hacer es ofrecer al público cosas nuevas".

Dice la autora que los consejos que recibe le empujan a "que tengo que hacer cosas más comerciales", pero, afirma, "yo no escribo a la carta, escribo lo que me gusta para que eso sea vendible, porque a mí desde la escritura me interesa llegar al mayor número de gente posible".

De momento, con este montaje, dirigido por Amelia Ochandiano, ha visto como al final todo tiene una recompensa, porque el montaje, realizado con la compañía Teatro de la Danza, se verá en breve en el Teatro María Guerrero de Madrid, sede del Centro Dramático Nacional.

Asegura Ochandiano, con un gran equipaje escénico a sus espaldas, que este montaje fue un empeño pesonal suyo y que ahora ha conseguido aunar dos claves para poder tener éxito: prestigio y calidad. "El mercado actual es muy exigente, pide un título, un autor y unos actores conocidos, a lo que hay que añadir un caché comedido; si no tienes eso, una obra no se vende".

Además, la directora considera que es "muy difícil enamorarse de textos contemporáneos, no digo que no los haya, pero plantear un trabajo es muy complicado". El hecho de que su nombre no sea conocido "dificulta el camino y la única salida es montarlo y que de repente sea un éxito".

Sobre la coincidencia de que autora y directora sean mujeres, Margarita Sánchez reconoce que la Muestra "ha crecido mucho en mujeres", aunque "yo me resisto a que me metan en ese saco, quiero que me juzguen no por ser mujer sino por mis obras". En este sentido Ochandiano afirma que "yo no busco que sea una autora, pero sí textos en los que la mujer esté presente".