¿Cómo surgió la idea de hacer un libro de estas características?

Fue una casualidad, como casi todo en esta vida. Estaba viendo una noticia sobre un buque que estrenaba la Armada Española. Apareció un ingeniero para hablar sobre las medidas que tenía y me resultó muy curioso que en vez de expresarlas en metros lo hiciera en campos de fútbol, y que a nadie de los que estaba viendo conmigo la televisión le extrañara. Al día siguiente, llegué a la oficina y pregunté si alguien sabía cuánto medía un campo de fútbol. Ninguno de mis compañeros supo responderme.

Y desde ese día empezó a buscar ejemplos similares...

Sí, comencé a recortar noticias y a tomar notas en una libreta. Más que buscar este tipo de expresiones, han sido ellas las que me han encontrado a mí. En las conversaciones siempre utilizamos frases relacionadas con las medidas. Si llueve mucho se dice que se han llenado una serie de piscinas olímpicas. Si llueve poco, que han caído cuatro gotas. El cuatro es un número que vale para todo: palabras, pasos, gatos...

La forma de medir el tiempo también es muy relativa...

Decir que vas a tardar cinco minutos puede ser media hora o más tiempo. Luego están el minutillo, el segundo, el segundillo... Hay muchas formas de medirlo.

¿No será de los que se pasa todo el rato corrigiendo a los amigos?

Al principio me decían que para qué recortaba tantas noticias. Ahora, cuando han visto el libro, les ha hecho mucha gracia. Se ven reconocidos.

Esta es su primera incursión en el mundo de la literatura, ¿cómo ha sido la vivencia?

Ha sido muy bonita. En algunos casos pensaba que me enrollaba demasiado y la editorial me aconsejaba por dónde tenía que ir. Cuando vi las notas que tenía en la libreta pensé que tenía que hacer algo con ellas. Tuve suerte, ya que la primera empresa con la que contacté me publicó el libro. No sabía si lo que yo ofrecía sería bueno o malo, pero Alicante es una zona donde se pueden hacer cosas de este tipo.

¿Imaginaba qué la experiencia de escribir sería de esta manera?

Escribir un libro es más complicado de lo que la gente piensa. Y eso que yo solo he recopilado lo que he ido encontrando. Si hubiera tenido que inventar una historia habría sido más difícil.

En el libro ha incluido una fotografía de su mano, ¿por qué?

Porque todos nos miramos la mano cuando queremos decir lo que mide un palmo. La medida establecida es de 20 centímetros. A mí me mide 24,5, así que tengo una mano de 1,225 palmos.

Con los negros y las medidas existen muchas leyendas.

La gente que lo ha leído me dice que soy muy pillo. En el libro lo explico todo. A mí, eso no me mide un palmo... de los míos. Pero tampoco lo voy a desvelar todo (ríe).

De las mujeres también escribe...

Sí, pero en todos los pasajes he quitado las palabras malsonantes y he intentado ser lo más elegante posible. En ocasiones se dice que una mujer tiene los pechos tan grandes que no le caben en las manos. Eso es porque las tienen pequeñas. En las mías seguro que caben (ríe).

Ha creado una página en Facebook acerca de su obra, ¿piensa seguir recopilando más anécdotas de este tipo?

La creé para publicitar el libro. Hay una sección de imágenes, que se llama "En ocasiones leo medidas", donde cuelgo fotos de los recortes de prensa que hago para que la gente los comente. La voy actualizando periódicamente. Voy a intentar sacarle más jugo a esto, quizá me dé para otro libro.

A todo esto, ¿cuáles son las dimensiones de un campo de fútbol?

Lo más fuerte es que las medidas oscilan entre unos mínimos y unos máximos, con una variación en metros cuadrados de más del doble.