Se retiró temporalmente de los escenarios y eligió Altea para vivir cerca del mar, su segunda pasión tras el baile. Comenzaba la década de los 70 y Antonio Gades no escondía su ideología izquierdista. Allí coincidió con Antoni Miró, que también se mudó desde Alcoy a la costa para abrir una galería. Ese reencuentro afianzó una amistad que empezó en 1967 y que fue creciendo por afinidad de filosofía de vida, creación y pensamiento político.

Fruto de esa relación de intercambio ético y creativo, surgieron fotografías y dibujos al bailarín eldense, incluso una serie de moldes de parte de su torno y de un brazo. Esos recuerdos salieron del cajón y el pintor alcoyano los recuperó para trabajar sobre esas imágenes y crear la exposición Viento del pueblo, con la que quiere rendir homenaje a su amigo en el 75 aniversario de su nacimiento. "Cuando me planteé hacer la exposición, que posteriormente irá a Madrid y luego a Rusia, pensé en recuperar todo ese material y elegí el título porque era un verso escrito como para nosotros".

Esta muestra, integrada por 24 obras de diferentes formatos y técnicas cada una de ellas titulada con un verso de Miguel Hernández, se puede ver hasta el próximo 2 de mayo en la Sala Aifos de la Universidad de Alicante, donde comparte espacio con una serie de paneles sobre el bailarín cedidos por la Fundación Antonio Gades. Esta conmemoración se completó con la representación en el Teatro Principal de Fuenteovejuna, la última coreografía del artista y su obra magna, por parte del Ballet Antonio Gades.

En la inauguración de ambas muestras estuvieron presentes tanto el pintor alcoyano como la directora de la citada fundación y viuda del bailarín, Eugenia Eiriz, y la directora del Ballet de Antonio Gades, Stella Arauzo.

Como "un regalo" definió Eugenia Eiriz la exposición de Antoni Miró, consciente de que para el pintor "no ha sido fácil", porque suponía contar la historia "de una ausencia" y también "de una amistad, regida no solo por el arte sino también por una ideología común". En su opinión, la figura de Gades "continúa siendo admirada" como demuestra el éxito de la compañía que lleva su nombre, y destacó el papel del bailarín como "uno de los grandes coreógrafos del siglo XX".

Eiriz manifestó que la fundación, que el próximo mes de mayo organizará una serie de actividades en torno a la figura de Gades en el Teatro Real de Madrid, "fue una de las obras más difíciles de Antonio, pues la creó en sus peores momentos, en los últimos años de su vida para velar por un patrimonio cuya importancia es que es un valor único".

En este sentido, lamentó el abandono que sufre la danza española. "Lo que reclamo es mayor atención para el mundo de la danza española porque es única, si no la cuidamos en este país, que es donde surgió, desaparecerá. No es una reclamación para la fundación sino para la danza española en general".

La directora del Ballet Antonio Gades desde 2005, Stella Arauzo, aseguró que en esa compañía ha realizado dos tipos de trabajo. "Primero, el de preservar el patrimonio coreográfico y artístico que dejó Gades, a través de los vídeos, las coreografías, sus pasos y sus ritmos, y segundo, el de mantener su filosofía, su ética y sentimiento".

En este sentido, Arauzo afirmó que "Gades ha sido un mago que nos agarra y no nos deja hasta el final de la obra", en referencia a Fuenteovejuna. Precisamente antes de la representación de este espectáculo, el Ballet Antonio Gades realizó parte de sus ensayos ante un grupo de alumnos de los conservatorios superior y profesional de danza de Alicante, que pudieron compartir las vivencias de la compañía.