La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes presenta el próximo lunes la Biblioteca de Autor Rafael Altamira, una "estantería" digital dedicada a la obra de este gran intelectual alicantino que ya ofrece 167 títulos. El catálogo del catedrático de Derecho, creador de la extensión universitaria, juez del Tribunal Internacional de La Haya y candidato al Nobel de la Paz, ya está disponible en la red y puede ser consultado como una simple página web.

La biblioteca de Altamira incluye también fotografías, borradores de trabajos e incluso correspondencia con autores coetáneos y compañeros de la llamada Edad de Plata de las letras y las ciencias españolas. En una próxima carga de material,el portal incorporará también nuevos trabajos sobre la vida y obra de este alicantino universal firmados por otros investigadores.

Este portal surge como evolución de la idea de Ignacio Hernando de Larramendi, impulsor de la aseguradora Mapfre y fallecido inspirador de la Fundación Larramendi, quien quiso reunir a los grandes polígrafos -autores con obras de muchas materias- hispanoamericanos. Pero fueron la nieta del prohombre alicantino Pilar Altamira y el profesor universitario Rafael Asín quienes completaron el trabajo gracias a un acuerdo de la Biblioteca Miguel de Cervantes y la Fundación Larramendi.

Ahora, la obra de Altamira es de libre acceso gracias a "20 años de esfuerzo personal mío" y el "inmenso trabajo de recopilación" del profesor Asín, como explica la bióloga y difusora del trabajo de su abuelo Pilar Altamira.

El universo "altamirano" que ha dado el salto del papel a la web se compone de obras como tratados de derecho internacional, novelas, ensayos, cuentos, crítica de arte o artículos periodísticos, aunque los fondos de la biblioteca son todavía una parte mínima del legado "de más de 3.000 entradas" que dejó este "hombre del Renacimiento" nacido en la capital, como lo define Asín, especialista en su obra y profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Queda mucho Altamira por digitalizar, pero sus divulgadores no tienen prisa. Al ajustado presupuesto para digitalizar estos libros, que "en ocasiones superan las 4.000 páginas" según Asín, hay que sumar que la colección "prácticamente" es interminable.

"Su obra no está investigada en su totalidad" , apunta su nieta, y además el legado "es enorme y está fraccionado". Hay una parte en México, en la universidad de Oviedo, en el Instituto Jorge Juan de Alicante" y en París e Inglaterra, donde también editaron a Altamira. "Iremos completando poco a poco la colección", añade Asín.

Pilar Altamira, quien presenta el portal el lunes a las 20.30 horas en la Sede Universitaria de Alicante junto a Asín y el rector de la UA, busca además apoyos para instaurar el Día Rafael Altamira y promover el estudio de su obra.

La generación que quiso hablar danés en un mes

"Los analistas sociales son hitos del pensamiento en su tiempo, pero la vigencia de su obra no es como la de un pintor, envejece antes". Para el profesor Asín, quien en los años 80 viajó con una beca del Instituto Gil-Albert a América para microfilmar obras que el alicantino había editado sólo en el continente, Altamira fue una figura que llegó a perderse a pesar de formar parte la Edad de Plata y de la Residencia de Estudiantes. "Hay una carta de Unamuno a Altamira en la que éste lamenta llevar tres semanas estudiando danés para leer a Kirkegaard y haber aprendido sólo 2.500 palabras por falta de tiempo", cuenta el profesor. "Eran una generación excepcional", añade.