"El periodismo tiene tanto futuro como cualquier otra profesión en España. Lo que no sé si tiene futuro es España, pero hay que ser optimistas, tener sueños, perseguirlos e intentar ser inteligentes como para ir modificándolos. El futuro es algo que no existe, hay que trabajar el presente". Quien habla es Ramón Lobo, periodista dedicado a cubir guerras durante los últimos veinte años y afectado por el reciente ERE de El País, periódico "al que le debo mucho y nunca podré atacar, aunque creo que se ha equivocado gravemente".

Invitado a hablar hoy (12.30 horas) en la Universidad Miguel Hernández junto al director de INFORMACIÓN, Juan R. Gil, sobre el futuro del periodismo, en un ciclo del Instituto Gil-Albert, Lobo asegura que "el periódico de papel no va a desaparecer, se modificará, puede que no sea diario, pero el papel sigue siendo donde está la publicidad y los ingresos. Es incomprensible que se tomen decisiones contra el papel por un futuro que no ha llegado aún".

En esa encrucijada frente a las nuevas tecnologías, el reportero considera que "la interacción no se está dando entre el papel y la web" tras preguntarse "por qué damos gratis por la noche lo que cobramos por la mañana en el quiosco" y afirmar que "no se aprovechan las posibilidades de la red, que tiene un lenguaje distinto".

Lobo -que confiesa que estudió periodismo "para fastidiar a mi padre, porque no había matemáticas ni latín y por si me pedían el carnet, aunque lo que quería era contar historias"- apunta que "vivimos una carencia de información y un exceso de ruido informativo. Hace falta jerarquizar lo que pasa, la información que se recibe, pero se opta por cortar y pegar, por la velocidad frente a la profundidad. Vivimos en una sociedad pendiente de un tuit, y yo uso Twitter, pero debemos reflexionar" frente a un periodismo "declarativo, de declaraciones que hacen los políticos y que luego incumplen". Añade que las redes sociales son a la vez "aliados y enemigos" del periodismo, "pero la actitud ante ellas debe ser la misma que ante algo que oyes en la calle, hay que confirmarlo".

Esta tarde, en otro ciclo del Gil-Albert sobre periodismo y literatura en el ADDA participarán el escritor Manuel Vicent y el periodista Ángel Sánchez Harguindey. Vicent señaló ayer que el periodismo en papel "se convertirá en una delicatessen, con noticias bien comentadas y analizadas" tras añadir que "el periodismo no morirá nunca porque la necesidad de que te cuenten historias, de estar informado y de hacerte soñar no se va a acabar", aunque ahora con Internet "estamos en el tránsito de un río hacia otra ribera".

Vicent señala no distinguir entre el periodismo y la literatura y las practica "con el mismo placer, es como un masaje a cuatro manos. En ambas hay que buscar la palabra exacta". Se considera "un escritor en el periódico" y recordó que "los grandes nombres de la literatura española han tenido su producción previa en los periódicos", algo "exclusivo de España, porque los escritores se ganaban la vida escribiendo artículos".

Para Ángel Sánchez Harguindey, conjugar periodismo y literatura "depende mucho del talento de quien lo hace", y se refirió a Vicent, Truman Capote, Juanjo Millás o David Trueba. A su juicio, el periodismo cultural "debe cumplir un papel de estímulo al lector" y defendió la subsistencia de la cultura "en un momento en el que los gobiernos la consideran como algo a extinguir".