El padre de Antonio Altarriba, protagonista absoluto de El arte de volar, jamás habría imaginado el efecto que sus vivencias sobre la España del siglo XX tendrían en la Corea del Sur del siglo XXI, donde en pocas semanas ha vendido más de 2.000 ejemplares y en los últimos días se ha convertido en un baluarte de la libertad de expresión en este país.

En su primera incursión en Asia, la novela gráfica de la alicantina Edicions de Ponent y premio Nacional de Cómic 2010 fue calificada de «lasciva» por la Comisión Ética de Publicaciones de Corea del Sur por las -escasísimas- escenas sexuales que contenía y prohibió su venta a menores de 19 años, lo que significaba eliminar su promoción y restringir su acceso directo al público en librerías.

Sin embargo, esta decisión puede estar a punto de ser revocada gracias a la presión que editores, autores y lectores están ejerciendo en defensa de la novela y del derecho a la libertad de expresión para que el libro escrito por Altarriba con dibujos de Kim se ofrezca al público sin restricción alguna.

El cómic, considerado una obra maestra del cómic en España, está siendo defendido vivamente en redes sociales como Twitter con multitud de adhesiones de lectores y autores, según señalan desde la editorial en Corea del Sur, Image Frame, cuyo responsable ha defendido la novela junto a otros expertos en un programa de televisión por Internet y de cuya controversia se han hecho eco medios de comunicación como el diario progresista coreano Hani.

El traductor del cómic en su edición coreana afirma que han mantenido contactos con miembros del Ministerio de Cultura para intentar levantar la restricción sobre la novela y señalan que hay voluntad de «contentar al máximo al autor, a la editorial y a los lectores».

Consecuencia de ello ha sido la petición que la agencia que representa a la editorial De Ponent ha recibido del ministerio surcoreano, en la que les reclaman que les indiquen en qué países ha sido editado El arte de volar y la confirmación de que no ha sido censurado en ninguno de ellos.

Con más de 70.000 ejemplares vendidos en todo el mundo, la historia de Antonio Altarriba ha sido distribuida en Francia, Turquía, Italia, Alemania y Brasil y será traducida al inglés en breve para su publicación por Random House Mondadori el próximo año. El siguiente paso era Japón, donde De Ponent ya ha establecido contactos para llegar a un acuerdo con una agencia japonesa.

«El libro se sigue vendiendo en Corea pero no se permite su visibilidad ni tampoco que se publiquen críticas sobre él ni que se promocione. Es como si estuviera en la trastienda», explica el director de Edicions de Ponent, Paco Camarasa, que reitera que la novela no ha causado ningún problema en los países editados «y lo único que se reclama es que se pueda vender libremente porque es un libro de más de doscientas páginas que sólo tiene dos escenas de sexo». En España, además, se publicó una guía didáctica para institutos sobre la novela.

Como se recordará, la Comisión Ética de Publicaciones se refirió al hecho de que en la historia el protagonista mantuviera relaciones sexuales con una menor de 16 años y se practicara el adulterio, algo que podía ser considerado «perjudicial» para los menores de 19 años, según este organismo.

En su réplica, el autor Antonio Altarriba, argumentaba que en las páginas de la novela se habla de temas mucho más duros y tremendos como la guerra, los campos de concentración o la represión religiosa y le sorprendía que se hubiera puesto el acento en las escenas de sexo.

No obstante, Paco Camarasa confía en poder revertir la situación ante la presión popular porque «la respuesta que están dando allí a la comisión nos da muy buenas vibraciones. Al fin y al cabo, se están uniendo para defender libertad de expresión y levantar la censura en esta y otras obras». Otros ejemplos han sido Los 120 días de Sodoma del Marqués de Sade o la película Moebius del cineasta Kim Ki-duk, quien practicó la autocensura para poder estrenarla en su país.

La editorial coreana, artífice de la movilización, asegura que no cesará en su empeño de rectificar la calificación de El arte de volar para que los lectores coreanos puedan acceder al cómic libremente.