El cineasta Paco Plaza definió El torreón de las muñecas como un libro terrorífico pero divertido, ¿buscaba esa mezcla?

El torreón de las muñecas es terror concebido desde la perspectiva más abierta posible. Concebí la novela como una experiencia intensa para el lector, que no solo pasara miedo en algunos pasajes, sino que también sufriera por el destino de la protagonista. Creo que he conseguido que sea terror para gente que le gusta el género, pero también para otras personas que no se verían capaces de leer algo de miedo. La cita de Paco Plaza me encanta porque resume muy bien esa perspectiva alegre e intensa del género, algo que se amolda muy bien a las películas que él dirige. Este género te permite vivir unas experiencias únicas que, por fortuna, no vivimos en nuestro día a día y lo convierte en algo lúdico.

Dada tu experiencia en el mundo audiovisual y las referencias en la novela al cine de terror, ¿cuando escribe está viendo la película que podría salir del libro?

En efecto, es algo que tengo asociado a mi forma de escribir. Vengo del mundo del guión, lo que me hace potenciar esa forma más visual de entender las escenas y la propia narración. El guión exige que a cada pocas páginas los personajes sufran cambios importantes tanto en sus expectativas como en las cosas que les suceden. Ese ritmo creo que lo he conseguido trasladar a El torreón. Esa sensación de que en cada capítulo le suceden muchas cosas a la protagonista, que es lo más importante. Estar enganchado a una novela implica estar pendiente del devenir de ese personaje con el que el lector se ha sentido identificado. Y eso también es lenguaje cinematográfico.

¿Le gustaría una adaptación al cine? El guión, supongo, sería suyo, ¿y el director?

¡Por supuesto! De hecho la historia fue concebida originalmente como un guión, con lo que no sería difícil adaptarlo. El guión requiere de un proceso mucho más largo pues no deja de ser un paso más en un proceso muy largo que es la producción cinematográfica. En cambio, la novela, una vez la acabas, existe por sí misma. Es un universo que ha cobrado vida en cuanto alguien la lee. En cuanto a directores, hay tres que considero de lo mejor del género en España y que harían un gran trabajo: Jaume Balagueró, Paco Plaza y Miguel Ángel Vivas. ¡Por soñar que no quede!

¿Hay suficientes lectores en España para cultivar el género del terror o se corre el riesgo de permanecer en un nicho de mercado reducido?

La desventaja del género de terror como nicho es que las cifras de venta son siempre algo inferiores. Sin embargo hay una gran ventaja, y es que se trata de un mercado que tiene un público tremendamente fiel, siempre atento a todas las novedades que surgen. De todas formas, poco a poco estamos aprendiendo a exportar nuestro género a otros países. Algo que sucede mucho en el campo cinematográfico (películas como [REC] o directores como Jaume Collet-Serra o Jaume Balagueró lo demuestran), pero también en el literario, con autores como Carlos Sisí o Manel Loureiro que están consiguiendo muy buenas cifras de ventas en Estados Unidos.

¿Cree que hay ciertos prejuicios en el mundo literario hacia las novelas de terror? ¿Es literatura o entretenimiento, o las dos cosas?

El terror se suele ver como un género menor casi por el simple hecho de llamarlo género. Pero al fin y al cabo el terror es un mecanismo como cualquier otro para contar historias, solo que emplea de forma más explícita los elementos de la ficción. Pero por supuesto que una novela de terror puede expresar las inquietudes y miedos de una generación. Como todo, depende de la voz de quien utilice ese medio. Hay autores que emplean el terror como entretenimiento y otros, como podría ser Clive Barker que hace que el género se convierta en algo distinto. El género, al fin y al cabo, se compone de una serie de elementos que definen una narración, pero en esencia lo que se cuenta depende del autor. Por ejemplo, hay mucho más terror en las películas de Michael Haneke, sin ser género, que en Viernes 13.

¿El boom del género fantástico, los zombies, el retrofuturismo, etc, es una moda pasajera?

Cada generación se siente más atraída hacia ciertos tipos de narraciones. Pero en el fondo, el que un subgénero u otro triunfen habla de nosotros mismos como sociedad. En mi caso, he intentado huir de esos elementos que pueblan de forma más abundante las estanterías de terror de cualquier librería y he rescatado personajes y miedos que parecían olvidados. La brujería en España tuvo una tremenda importancia porque ayuda a definir la mitología en la que todos hemos sido criados. Es un terror muy nuestro, pero que también funciona como terror clásico. Por eso me parecía perfecto y más sorprendente de cara al lector, algo que me parece esencial como escritor.

¿Le costó encontrar una editorial que publicara una historia de brujas?

El principal obstáculo no era tanto el tema de la brujería sino que fuese terror y mi primera novela. Lo complicado es conseguir que un editor le dedique a tu manuscrito el tiempo y el entusiasmo que requiere. Piensa que un manuscrito, en el fondo, es un PDF adjunto a un email en la abarrotada bandeja de entrada del editor. Es algo frío y complicado de leer. En mi caso, la novela pasó por varias editoriales y agencias. Nada fuera de lo habitual, con varias desestimaciones más o menos detalladas. Fue mi amigo y escritor Juan de Dios Garduño (autor de Y pese a todo y El camino de baldosas amarillas) quien habló bien de la novela a Marc, José Miguel y Nae, de Tyrannosaurus Books. Gracias a eso, ellos leyeron el manuscrito con ese cariño que hace falta y a los pocos días, coincidiendo en una presentación de Garduño, me dijeron que les había encantado la novela y que estaban interesados en publicarla.

¿Cuál ha sido su participación en las películas [REC] 3, Génesis o la serie Pulseras rojas?

Mi participación ha sido como ejecutivo de desarrollo en Filmax. Desde nuestro departamento coordinamos la escritura de las distintas versiones de los guiones, consensuando las visiones que pueden tener la empresa, el guionista, producción y el director. Nos encargamos de que llegue el mejor guión posible a la fase de producción. Eso engloba muchas cosas, como que producción vea factible rodarlo con el presupuesto acordado, que el director sienta que es la película que quiere rodar o que el guionista no vea muy alterada su historia.

¿Su siguiente libro también incidirá en el género del terror?

No. Mi idea es la de alternar una novela degénero con algo más realista. De hecho, mi siguiente novela ya está en manos de mi agente, Amaiur Fernández, en busca de la editorial que confíe en ese proyecto. Este cambio de tono no lo hago tanto por temer encasillarme en el terror (al ser Stephen King uno de mis referentes principales es evidente que no tendría problemas con eso), sino porque siento la necesidad de forzarme a mí mismo a explicar el mundo mediante otros mecanismos más de nuestro día a día. Pero la siguiente novela sí que volverá a ser terror. Estoy terminando el borrador y os garantizo que va a ser realmente impactante. Siempre con la idea en mente de que el lector no pueda soltar el libro hasta que haya llegado al final. Ese es el mejor síntoma de que, como escritor, has conseguido tu objetivo.