Un libro que dibuja y escribe los recuerdos

El dibujante y autor alicantino Pablo Auladell firma La feria abandonada, un volumen ilustrado en el que une sus textos con los de Rafa Burgos y Julián López

El libro incluye una veintena de ilustraciones realizadas por Pablo Auladell.

El libro incluye una veintena de ilustraciones realizadas por Pablo Auladell. / información

cristina martínez

«Le enseñamos al niño fotos de su primer año. Las odia. No soporta a ese extraño que nombramos con su nombre». El tiempo pasa y los recuerdos se van borrando. Aunque a veces no. Por eso Pablo Auladell quiso pintarlos. Y escribirlos. No solo los suyos. Contó con dos amigos, el escritor y periodista Rafa Burgos, y el poeta y profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de Alicante Julián López. Eso fue hace dos años, cuando el alicantino, Premio Nacional de Ilustración 2005, puso en marcha un proyecto con el que pretendía realizar una reflexión sobre el paso del tiempo.

El resultado lleva por título La feria abandonada y acaba de ver la luz bajo el paraguas de la editorial Barbara Fiore, con la que Auladell ya ha publicado con anterioridad. Veinte años de historias personales, de vivencias, de personas, de viajes y de sentimientos recogidos a través de las ilustraciones de Auladell, también Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2008, que marcan en trazos los textos que firman él mismo, Burgos y López Medina. En total doce historias cortas en las que cada autor narra con personalidad propia dónde quedan los recuerdos, las sensaciones, los lugares felices.

Un libro que dibuja y escribe los recuerdos

Un libro que dibuja y escribe los recuerdos

«Lugares donde ya no estaremos nunca, los seres que no han podido acompañarnos ¿no son acaso una feria abandonada, los restos de la piñata y la verbena, el tiovivo mudo donde ya solo gira el sol del tiempo?», se apunta en la presentación de este volumen de 44 páginas que incluye una veintena de ilustraciones.

Las historias son a tres voces, pero cada autor refleja su personalidad. La lírica pura de Pablo Auladell queda patente en sus cuatro relatos (Un sábado cualquiera entonces, La ventana del colegio, Bez. Los mismos gestos y Algunos de nosotros estuvimos); Rafa Burgos es más descriptivo, más directo, en sus tres historias (El cine del caso antiguo de la ciudad, El sueño comenzó a seis pisos de altura y La playa de vías), mientras la poética y la reflexión se adueñan de los textos de Julián López Medina (Envidiar los cerezos perdidos de Chéjov, Nos vemos mañana por la tarde, Eran los años de universidad, Le enseñamos al niño fotos y Las buganvillas recuerdan).

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