La literatura fantástica. Libros que nos llevan a otros mundos. Libros que nos enseñan cómo la magia puede llenar continentes enteros. Libros que nos enseñan otra realidad en la que perdernos. El género fantástico ha sido siempre uno de esos refugios en los que encontrar historias completamente diferentes y que proponen al lector una nueva mirada al mundo que le rodea. Criaturas mágicas, países inventados, la eterna lucha entre el bien y el mal. Conceptos que muchas veces, en la literatura, dan un poco de miedo a la hora de abordarlos. Por ello, hoy os traemos una selección de algunos de los mejores libros de fantasía tanto para los que ya conocen este tipo de libros como para aquellos que no se han dado una oportunidad en ellos. La literatura es disfrute, es diversión, es una nueva aventura, y de eso mismo estos libros están plagados. Sólo hay que leer y descubrir vuestra nueva lectura.

1. El señor de los anillos, de J.R.R Tolkien

Hay lecturas especiales que nos hacen despertar al mundo de los libros, que nos enseñan a viajar entre palabras, a soñar despiertos, a vivir las mejores aventuras sentados en nuestro sillón o tumbados sobre nuestra cama, humm, bueno, también ahí puede haber aventuras maravillosas, pero esa es otra historia€ El Señor de los Anillos fue el libro que consiguió que aquella jovencita no-lectora diese el paso definitivo que le convertiría, ya no solo en lectora, sino en animadora a la lectura; y es por ello que hoy, que es un día especial para mí pues esta es ya mi reseña número 100 para LyL, quería compartir con todos ustedes este libro, una historia que descubrí en plena adolescencia y que cambió definitivamente el curso de mi vida. El libro me lo prestó mi querido y siempre recordado cuñado, Jesús, hermano de mi, como ya pueden suponer, también muy querido marido.

2. El color de la magia, de Terry Pratchett

La historia comienza con la llegada de Dosflores, un turista con la intención de ver en Mundodisco todo aquello que siempre ha imaginado, Ricewind un mago sin talento se convierte en su guía a través de un viaje en el que encontrarán ogros, héroes, dioses, princesas, dragones y todo tipo de criaturas, incluso mantendrán un curioso duelo con la mismísima Muerte y conocerán el borde del Mundodisco. Todo esto salpicado de continuas referencias, homenajes y parodias a los temas y estereotipos del género fantástico, utilizando un muy peculiar sentido del humor, que roza muchas veces el absurdo y que sin provocar ninguna carcajada hace que no puedas dejar de sonreír mientras estás leyendo.

3. El nombre del viento, de Patrick Rothfuss

El ritmo de la narración es bestial, increíblemente fluido. Muchos de los capítulos terminan en el punto álgido de la acción, así que te obliga a continuar un poco más para saber lo que ocurre a continuación. Entre la aventura principal, hay pequeños interludios que aderezan perfectamente la historia con la vida del héroe una vez que se ha retirado de las aventuras, y vive como un simple posadero. El resultado: No puedes parar de leer, a no ser que tengas una voluntad férrea, o que te quedes dormido después de una sesión maratoniana de lectura.

4. Jonathan Strange y el señor Norrell, de Susanna Clarke

A veces un libro te gusta tanto que te cuesta escribir una reseña sobre él, quieres expresar todo lo que te ha hecho sentir, los buenos momentos que has pasado mientras lo leías, el modo en que el autor, en este caso la autora, te ha introducido en la historia, te ha hecho divertirte y sufrir con sus personajes y la pena que te ha dado el acabarlo porque abandonabas un mundo del que ya te sentías parte, quieres explicar todo esto del mejor modo posible, para intentar que otra persona descubra ese libro y lo disfrute igual que tú, pero lamentablemente no poseo la maestría a la hora de escribir que si tiene Susanna Clarke en su primera novela, y sí, todo esto me lo ha provocado una novela de una escritora novel, y es que estamos en mi opinión ante el debut más impresionante de los últimos años junto a Patrick Rothfuss y su "El nombre del viento".

5. Juego de Tronos, de George R. R. Martin

El cuervo que llevará este mensaje a tus manos no traerá más que noticias funestas. Invernalia se enfrenta a uno de sus peores épocas, y como dice el lema de nuestra casa, el invierno se acerca. Yo, Ned Stark, señor de Invernalia, mano del rey Robert Baratheon, que juré proteger mi casa y a mi familia, no he conseguido ni lo uno ni lo otro. Espero me perdones. Llegan tiempos oscuros, y los rumores se mueven rápidos por los callejones, reptan por las paredes de los Siete Reinos, y son como víboras y arañas intentando morder la garganta de los mejores caballeros. Nos enfrentamos a la noche, oh dioses, y ni siquiera nuestros rezos bajo el arciano podrán salvarnos. La guerra se avecina, y aunque sean las espadas las encargadas de arrancar miembros y degollar gargantas, las palabras son igual de afiladas.

6. El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares, de Ransom Riggs

Pregunta: ¿qué es una mezcla de Roald Dahl y Los Goonies (1985)? Probablemente, la primera reacción sea el desconcierto. Si ustedes esperan unos cuantos segundos, pequeños minutos incluso, de seguro encontraran la respuesta un poco más abajo en esta reseña. Pero si son como yo, uno de esos lectores ávidos de respuestas inmediatas, a los que les pica la curiosidad por encima de todo y quieren saber antes que nadie por qué he empezado a hablar con esa pregunta, les diré lo siguiente: como si fueran dos caminos que confluyen en un punto determinado, "El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares" es, ni más ni menos, la heredera perfecta de ese mundo de fantasía que nos hizo vivir el autor de "Matilda" o "Charlie y la fábrica de chocolate" y de esas aventuras que vivían un grupo de niños en la pantalla grande y que, como era de esperar, permanecen en nuestra memoria con un cariño especial. ¿Una comparación desmedida? Si lo creen, es porque todavía no han leído esta historia, y porque tampoco han leído esta reseña. Palabra de un niño aventurero.

7. Fábulas 1 - Edición de lujo, de Varios Autores

Erase una vez€ Así empezaban casi todos los cuentos que nos leían de pequeños. Seres de otro mundo que se paseaban por nuestro mundo, haciéndonos vivir con ellos sus aventuras: princesas que caían en un sueño profundo al morder una manzana, niñas con caperuza roja que huían de lobos buscando atajos, hermanos que caían presos de las redes de brujas con casitas construidas con dulces. Y érase una vez que se era que aquellos personajes, entraron en guerra con un reino enemigo, que los desterró a otro universo, a un mundo mucho más despiadado, donde tendrían que morar hasta que pudieran regresar al suyo, sólo cuando tuvieran los recursos necesarios para derrotar a quien les había robado todo lo que conocían. Pero, un momento, ¿qué universo es ese? Y, ¿por qué acabo de conocer a una chica que se llama Blanca? ¿Por qué hay un detective que tiene la nariz tan desarrollada que es capaz de olerlo todo a kilómetros? Y, madre mía, ¿Por qué hay un príncipe encantador, a la vuelta de la esquina?

8. La caída de los reinos, de Morgan Rhodes

Las novelas juveniles son perfectas para el verano. Esta es una de esas frases que me aterran y que pasarán a los anales de la historia como algo a erradicar (junto con el brécol y las bombas fétidas). Si de algo tendríamos que nutrirnos cuando somos jóvenes es de buenas historias, y no sólo en la época estival. Por eso, cuando en mi trabajo me piden libros para jóvenes en verano, porque es la única fecha en la que leen, yo me echo a temblar, casi me da una especie de epilepsia, y miro a esa persona con cara de haber chupado un limón recientemente. La literatura es una cosa de todo el año, señores, y si sólo fuera como ustedes dicen se perderían obras maestras como "La caída de los reinos" que lo tiene todo, todito, todo, para convertirse en uno de esos éxitos que nadie debería perderse, en uno de esos libros con lo que crecer y de los que acordarse mucho más allá de la juventud. Así que no me vengan con eso de que la lectura para los jóvenes es sólo en verano. Si siguen conmigo en la reseña verán por qué se lo digo. Después, correrán a comprarlo. Si no es así, tendré que ir a buscarles.

9. Brave Story, de Miyuki Miyabe

El género de aventuras, por mucho que pase el tiempo, siempre es algo a lo que vuelvo, que repito porque me encanta la evasión. Si a todo eso le añades una pizca de magia, un secreto por descubrir, un viaje épico a través de un reino imaginario, el niño que llevo dentro se pone a dar saltos de alegría y no puede dejar sus páginas. Supongo que todos nosotros, cuando nos enfrentamos de alguna manera a lo que nos proponen los libros, y la literatura fantástica en concreto, queremos sentir eso que llaman cosquilleo cuando vamos leyendo. Por eso las aventuras me gustan tanto. Me hacen sentir ese arrebato de ganas de más, de ganas de poder vivir en ese universo que los autores han creado para mí, sí, para mí, que soy el que lo está leyendo y disfrutando a partes iguales. ¿Hay una edad para dejar de lado este tipo de lecturas? Afortunadamente, en las lecturas no pasa como con la vida, y todos, sin excepción, podremos emocionarnos de verdad cuando empezamos la epopeya que aquí os relato, que nos cuenta "Brave Story" como sólo los grandes pueden hacerlo.

10. La historia interminable, de Michael Ende

Hubo un antes y un después en mis lecturas. Supongo que visto en perspectiva puede que sea decir demasiado, pero en cualquier caso yo si lo digo es porque lo sentí así. Hay un momento en la vida de todo joven lector que, cuando encuentra un libro que le toca demasiado dentro no lo puede evitar. Es así, y necesita hablar de ello como si fuera la vida en sus palabras. Eso me sucedió con La historia interminable. Un libro raro, raro por la forma, raro por sus dos colores entre el mundo real y el mundo de Fantasía, raro porque yo no había leído nada igual, raro porque, en el fondo, fue la primera incursión en el mundo de los libros de fantasía (qué bien elegido el nombre de ese mundo de seres mágicos) y yo no me esperaba que la forma de escribir fuera de esa manera. Qué sé yo, el caso es que este libro marcó un antes y un después, algo que partió la forma de entender los libros para jóvenes. Pero como siempre he pensado que los libros de jóvenes son para todo tipo de edades, aquí me encontráis de nuevo, hablando de mi infancia, hablando de los libros como siempre, pero hoy con una postura más especial porque este es un libro del que me cuesta hablar, por la implicación emocional y porque si hoy estoy aquí es porque este libro lo merece, como merecería una posición especial en todas las estanterías de cada casa.