Por su destacada labor docente en Anatomía y Embriología humanas desde el año 1965, con el doctorado y premio extraordinario de la universidad de Madrid en 1967, hasta lograr la primera cátedra de la Facultad de Medicina de la provincia, en 1980, pasando por la Medalla de Oro de la UA en 1984, y la colaboración activa durante los últimos 25 años en proyectos de desarrollo y promoción de la salud en países de África y América, el Rotary Club de Alicante concede el Premio Balmis 2015 al doctor Alfonso Puchades.

El galardón lo recibe esta tarde en una cena de gala en el Maestral a las 21 horas, y los beneficios se entregarán al proyecto solidario Arteterapia: viajes del corazón al corazón, del Hospital General de Alicante.

«Ha sido una gran sorpresa, teniendo en cuenta la personalidad del doctor Balmis y la importancia de su figura, que hayan pensado en mí es un gran honor», señala el laureado profesor.

Aunque ya jubilado, su pasión por la docencia le lleva a lamentar que actualmente se esté formando «a gente estupenda en las universidades, que luego tienen que irse fuera del país a trabajar. Esto debería abordarse seriamente», sugiere. También reclama de los nuevos equipos de gobierno que tengan en cuenta las necesidades sanitarias de la población y, por poner un ejemplo, se refiere a lo que tiene más cercano: «El Hospital de la Marina Baixa requiere una ampliación y los centros de salud de Benidorm están desbordados», aprecia.

Partidario de las vacunas, «porque han demostrado su eficacia y para eso existen», uno de sus logros que más le satisfacen es haber participado desde los años 90 en la prevención y tratamiento de una enfermedad tropical que producía la ceguera y que la OMS acaba de reconocer oficialmente que se ha erradicado, la oncocercosis.

Periódicamente, desde aquellos años, ha viajado a África, a la antigua Guinea Española, y a Ecuador, siempre con su familia y a título voluntario, por su cuenta, para proporcionar comida a los enfermos de los hospitales africanos. «Con campañas anuales a través de la parroquia de Benidorm para financiarlo, conseguimos que todos comieran tres veces al día. Y desde que hace tres años se encarga ya el gobierno africano de asegurar esta subsistencia, destinamos lo recaudado a becar a niños que están en la calle para que vayan al internado».

La extensa labor social y humanitaria del doctor Puchades continúa actualmente propiciando pozos de agua en aquellos países «porque se contribuye a proporcionar salud en la zona», así como a dotar de material escolar «a niños que no tienen nada de nada, y gracias a los escolares de Benidorm les llegan lápices y libretas. Comprobé con gran emoción que una de las niñas de aquí envió también a África la mitad de su pulsera para que la tuviera otra niña», comenta agradecido.