Juan Pablo II tuvo varias amigas, incluida Wanda Poltawska, una psiquiatra con la que también se escribió durante décadas. Pero las cartas que intercambió con Tymieniecka fueron en ocasiones emocionalmente más intensas, y en algunas analizaba el significado de su relación, según la BBC. Tal era su amistad, que el que sería el líder de la Iglesia católica le dio a Tymieniecka una de sus posesiones más preciadas: un escapulario formado por dos pedazos pequeños de tela unidos con dos cintas largas para echarlo al cuello.