Prepara unas endivias rellenas al horno mientras responde a esta entrevista a través del teléfono. Y es que como buen vasco, a Antxón Gómez (San Sebastián, 1952) le gusta el buen comer. Además de coleccionar cosas. Muchas, quizás demasiadas. Ahora, sobre todo lámparas. Este químico -sí, químico- empezó en la publicidad porque era capaz de proporcionar casi cualquier cosa a los rodajes. De la publicidad a una película, casualmente, con el alicantino Manuel Iborra. Y la llamada de Bigas Luna para Huevos de oro, que se rodó en Benidorm. Pedro Almodóvar, Steven Soderbergh -con Che, el guerrillero ganó su único Goya-, Susan Seidelman... Y le dijo que no a Woody Allen, «pero no por arrogancia», y a Los lunes al sol de Fernando León de Aranoa. Ahora es uno de los directores artísticos de cine con más prestigio nacional e internacional.

¿Cómo llega un estudiante Química a ser director artístico de cine?

Lo mismo que llego a la cocina... no tengo ni idea. Acabo de hablar con la persona que me lió a mí en todo esto, un amigo de Madrid que se presentó en Barcelona buscando a alguien que le ayudase a buscar cosas para rodar un anuncio. Por un tortilla de patas buenísima que vino a comer a mi casa me cogió para ayudarle para hacer la parte de arte y buscar cosas porque yo tenía muchas. Así me metí. Hice uno y otro y otro, mucha publicidad y al cabo de un tiempo me llamó Bigas Luna para hacer Huevos de oro. Aunque antes había hecho una con Manuel Iborra, Tres por cuatro, en Barcelona. Anda mira, la primera con un alicantino y la segunda rodada en Benidorm. Luego ya empecé con Almodóvar.

¿Eso es lo que va a contar mañana en Alicante?

Yo en Alicante voy a explicar qué hace el diseñador de producción, el decorador, el director de arte, qué papel jugamos...

¿Y cuál es el trabajo de un director artístico?

Somos los responsables visuales de la película en el aspecto de los decorados, de las localizaciones. Nosotros damos forma a la idea del director. Decimos dónde se puede rodar, qué tenemos que construir en función del presupuesto, si hay que intervenir algo según el género... Es la piel de la película, los responsables de que cuando lleguen a rodar, el espacio esté en condiciones. Luego el director de fotografía lo ilumina. Siempre hay una parte de «usurpación» entre comillas por parte de los directores de fotografía de nuestro trabajo.

Me estoy acordando de Ciudad de la Luz.

No he trabajado allí, pero he dado una conferencia. Me hicieron saludar a un montón de políticos y me vi metido en una historia que yo no quería. Pero bueno. Estaban construyendo el tanque... Es una pena que acabe así.

¿Qué pasó en el rodaje de Huevos de oro para que se decantase por esa profesión?

Como ya venía del campo de la publicidad, lo que tenía que ver con el arte y los diseños era algo a lo que ya estaba habituado. Pero el cine tiene una intensidad brutal. Tienes un afecto, una unión con toda la gente durante horas y días viviendo lo mismo, sintiendo lo mismo, se crea un vínculo brutal porque todos están fuera de casa. Estás en un universo nuevo y maravilloso. De repente llega un día que se acaba y hay una diáspora brutal y a lo mejor no vuelves a ver a esas personas. En ese sentido el cine es desgarrador.

Es inevitable hablar de su trayectoria junto a Pedro Almodóvar, Carne trémula, Todo sobre mi madre, La mala educación, Los abrazos rotos, Hable con ella, La piel que habito, Los amantes pasajeros y ahora Julieta. No parece que sea fácil trabajar con un director como Almodóvar.

Cuando me llamó Almodóvar en el 96 estaba haciendo en Valencia una serie, A flor de piel. Le dije en principio que no podía...

¿Le dijo que no?

Sí, soy un inconsciente. Pero por ignorancia, por tontería mía, no por arrogancia. Igual que cuando me llamó Soderbergh. Soy muy tranquilo en ese sentido. También tuve que elegir entre Woody Allen y Soderbergh, pero en el momento no me apabulla, creo que es inconsciente. No tengo sentido de trascendencia.

Vamos a ver. ¿También le dijo no a Woody Allen?

Me llamó para hacer Vicky, Cristina, Barcelona. Creo que tuvo que ver con que había hecho una película con la directora americana Susan Sidelman. Pero dije que no a Woody Allen y que sí a Soderbergh. Yo siempre digo que voy a hacer un currículum en negativo, con las películas que no pude hacer. Como Los lunes al sol, de Fernando León de Aranoa que me ha llamado cincuenta veces; Princesas, Smoking Room, Vicky, Cristina, Barcelona... Spike Lee me llamó para hacer un anuncio pero al final no se pudo, aunque sí hice uno con Oliver Stone.

Retomamos su experiencia con Almodóvar y si es fácil trabajar con él...

Para mí no ha sido el director más difícil, aunque sea el más difícil del mundo. Nos hemos entendido. Pedro es una persona fascinada por los objetos, preocupada por el diseño, quiere estar al día de todo, y a mí me pasa eso también. Soy un coleccionista brutal de objetos, tengo muchas lámparas en dos almacenes grandes , es una locura... Y Almodóvar es otro loco, también tiene un almacén con cosas. Nos entendemos porque hay una afinidad común y también educativa porque vivimos en épocas paralelas y hablamos un poco de lo mismo. Pedro es caprichoso pero no me supone un enfrentamiento. Yo no me conformo con lo primero porque soy igual de pesado.

Entonces es que le gusta trabajar con él porque son igual de maniáticos...

Jaja, me has pillado. La verdad es que sí, somos igual de maniáticos. Juntos hemos construido cosas brutales, cosas casi imposibles, pero dormía bien, no me preocupaba.

¿Hasta qué punto tiene que haber conexión con el director?

Mi teoría es que la tarea de un director artístico es ayudar a un director a contar su historia. Yo no puedo ir por mi cuenta. Tiene que sentirse cómodo para contar su historia. Trabajo para un guión que dirige un director, no trabajo para mí. Yo soy un mercenario, estoy al servicio de una idea. No tengo mi casa pintada de colores, pero en el mundo de Almodóvar no puedo trabajar en paredes blancas, el decorado es un personaje más de la película y ahí me siento cómodo. Cuando Pedro haya dado un grito a otro director igual les habrá dolido en su ego, pero yo el ego me lo dejo en casa. Es verdad que a veces me he tenido que pelear porque tenía dudas del resultado y le he tenido que convencer, pero ya sé vendérselo y se siente seguro conmigo.

¿Y qué tal su última película, Julieta?

Pues muy bien. Yo creo que va a ser una buena película, una película profunda, de mucho sentimiento, con pocos actores, muy Bergman, muy del interior de la persona. Es una película de emoción y brilla porque tiene todos los elementos para gustar. La virtud de Almodóvar es que es capaz de contarte una milonga brutal pero la cuenta tan bien que te lo crees.

Con Soderbergh rodó sus dos películas sobre el Che, y la primera le proporcionó un Goya. Teniendo en cuenta que fue militante comunista en su juventud, supongo que sería muy especial rodar esas películas.

Sí, por supuesto. Pero la que en ese sentido me vacíe fue Salvador, de Manuel Huerga, sobre el último anarquista que mató el franquismo. Por esa película no pude hacer Volver. Fue un regalito del cielo. Es una película buenísima aunque pasó desapercibida.

Usted es miembro de la Academia de Cine. ¿Cree que los Goya están sobrevalorados? Muchas de las películas más vistas se quedan fuera.

Es muy subjetivo. Son los académicos los que eligen y no vota mucha gente. Pero es verdad que a veces no recogen el espíritu del cine español. Me consta, eso sí, que no hay trampa ni cartón.

Parece que vuelven los días de protesta y rebelión...

Está bien, lo único que queda en el mundo es protestar. Hay que ser irreverente siempre. Yo voy a estar siempre en el lado en el que no hay conformismo y donde haya protesta. Es lo único que nos queda. Hay que estar ahí. Me parece bien todo esto. Había que darles un meneo y se les ha dado.

¿Es optimista?

A mí lo que más me gusta de todo esto es que se acabe la mayoría absoluta del PP. Es lo peor que ha pasado en este país. Que luego haya todo este lío de Cataluña me parece perfecto, que se muevan, no podemos estar en el inmovilismo.

¿Tiene quiniela de los Óscar?

Me parece que González Iñárritu va a triunfar. Me gustó mucho Birdman porque hizo un juego de venganza brutal. Le habían criticado por Biutiful y luego hizo una película muy inteligente. Y El renacido tiene también esos visos. Yo creo que va a llevárselo todo.

¿Qué proyectos tiene ahora?

Ahora estoy preparando publicidad, proyectos interesantes con directores de cine porque hay una corriente de directores de cine que hacen publicidad. Luego tengo un par de series y un proyecto fuera, en Brasil.