¿Qué es más fácil estar detrás de la cámara o explicar a los actores cómo deben comportarse delante de ella?

Es muy difícil poder explicar eso porque Godard decía que la interpretación no es arte sino un misterio, y realmente no hay normas, no hay reglas, cada uno debe buscar aquello que le sirve. Estar detrás de la cámara es bastante más sencillo que la interpretación. Es complicadísimo y supone un dominio de las emociones y de sí mismo que ojalá tuviésemos todos.

Su curso gira en torno a la mirada. En el cine son importantes los ojos de quien está detrás de la cámara, de quien actúa y también de quién ve la película.

Sí, hay diferentes miradas. La del director, que a mí me parece básica a la hora de contar una historia porque es el posicionamiento desde donde se hace, desde el que el espectador observará la historia y eso determina un significado de lo que se está contando que me parece esencial. También cómo un actor utiliza la mirada y yo creo que lo básico es la interpretación, cómo se modula esa mirada porque eso configura un entendimiento de ese personaje. Luego el espectador siempre está en esa posición de observador. La mirada me parece esencial y básica en el audiovisual.

Un Óscar, muchos Goya, la Berlinale, Premio Nacional de Cinematografía... ¿Cómo afronta un director su nueva película con este equipaje tan pesado?

Pues tratando de olvidarlo y afrontando el trabajo siempre como si fuera el primero que haces y como algo nuevo, utilizando el bagaje que llevas detrás como una experiencia que te pueda servir para desarrollar lo que estás haciendo, pero no como una losa o un peso. Es verdad que un premio siempre viene bien, pero yo siempre digo que cuando haces una película no la haces para recibir premios ni cambia por recibirlos. Siempre es gratificante pero lo fundamental es que uno se encuentre satisfecho con aquello que quería contar.

No tengas miedo (2011) es, de momento, su última película. ¿Para cuándo la próxima?

Estoy trabajando, escribiendo una nueva historia porque ha habido dos que se han quedado por el camino. Ahí andamos trabajando, esperemos que sea la definitiva. Y es definitiva cuando acabas la escritura y estás satisfecho. Siempre hay un momento de inflexión en el que de alguna forma tienes esa historia, aunque falte desarrollarla.

Luego falta la financiación que no es poco.

Eso es ya otra cosa y más en estos momentos. La cosa está diferente, no soy partidario de decir peor o mejor. El momento es distinto, ha cambiado la forma de producir y de distribuir en los últimos años. Está complicado y hay que buscar otras fórmulas que yo creo que tienen poco que ver con las que existían hace 10 o 15 años.

La Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales de España es partidaria de dejar de depender del Estado y que sea la propia industria la que se financie con fórmulas como el céntimo cultural.

Yo creo que no hay por qué depender de ayudas públicas, parece que es una especie de limosna. Aunque hay multitud de ramas de la industria que están de alguna forma subvencionadas por el Estado. De lo que soy partidario es de que exista una legislación que posibilite la financiación del cine y que sea la propia inversión la que repercuta en el cine para crear una industria. Queremos que se cree una normativa similar a Francia y otros países europeos donde existen exenciones fiscales e incentivos.

De cero a cinco, ¿cómo puntúa el cine español que se está haciendo ahora y la situación en la que se encuentra con 18 millones de espectadores?

¿De cero a cinco? Para mí no se puede generalizar pero yo creo que estamos a nivel similar a otros países, muy aceptable... como un tres con cinco. Afortunadamente la cantinela de que el cine español es malo se está rompiendo. Sin embargo, yo creo que no hay que pasarse tampoco al otro extremo porque es cierto que ha subido la recaudación de las películas españolas en taquilla pero no debemos olvidar que hay muchas que ni se pueden estrenar. Ese aumento es debido a unas cuantas películas no al total. Que eso no nos haga perder la perspectiva.

Y hay muchos actores y productores que se han quedado en la cuneta en estos años.

Sí, pero creo que también es ley de vida, como en todo. Unos siguen para adelante y otros deben cambiar de profesión. Sin lugar a dudas, la situación no favorece: la crisis, el IVA... Eso lo que ha hecho es apuntalar algo que para mí estaba claro desde principios de este siglo y es que el cine tal como lo conocíamos ya no existe y esta adaptación hace que muchos queden por el camino y surja otra forma para entender y hacer cine.

De todas formas como no tenemos gobierno no se puede gestionar nada.

Bueno, eso es general para todo y estamos dentro de esa inseguridad que ya se está convirtiendo en algo cotidiano.

No sé si está enterado del tema de Ciudad de la Luz.

Conozco algo, pero no puedo valorarlo. Cuando esté allí me informaré.