Reconocido por aplicar el minimalismo a la música, Michael Nyman engrandeció ayer el Auditorio de la Diputación de Alicante con su presencia para apoyar el concierto solidario ofrecido por The World Orchestra bajo la batuta de Josep Vicent. Un concierto especial, lleno de imágenes, luces de colores y explicaciones de las piezas que se escucharon, que arrancaron los aplausos de un público que ocupó cada rincón del ADDA.

El compositor británico, que se encuentra desde el día 8 en el auditorio alicantino grabando nuevas sinfonías, puso el broche de oro a La Festa de la Música organizada a beneficio de la Asociación de Niños con Cáncer (Aspanion) y patrocinado por SUMA Gestión Tributaria.

Con todas las localidades vendidas días antes del concierto y a falta de cerrar la recaudación con la Fila 0, la orquesta mundial, formada por jóvenes profesionales de cuarenta países, brindó al público un recorrido por la historia de la música que comenzó con la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak, para continuar con las arias O mio Babbino Caro, de la ópera Gianni Schicchi de Puccini y Dulcissime e In Trutina, de Carmina Burana (Carl Orff), acompañadas de las voces de las sopranos Luca Espinosa y Yolanda Marín.

En la Raphsody in blue de Gershwin, que se interpretó con un fondo rojo, se unieron los músicos alicantinos Ricardo Descalzo al piano y Xavier Eguillor en la percusión. El programa siguió con Romeo y Julieta (Obertura Fantasía) de Tchaikovsky, introducida por Josep Vicent, director artístico del auditorio, en el que también se estrenaba al frente de su orquesta y reconoció sentirse «flotando».

Nyman salió a las 23.25 horas e interpretó a solas la música que compuso para la banda sonora de la película El piano y, para sorpresa de los espectadores, su siguiente sinfonía la interpretó una joven solista de la orquesta y él la acompañó pasándole las páginas de la partitura.

Finalizada la música, el presidente de la Diputación, César Sánchez hizo entrega al músico británico del primer Premio ADDA Música Solidaria, materializado en una escultura de Kiko Torres, que el auditorio pretende institucionalizar para reconocer cada año a un artista nacional o internacional que mantenga vínculos con los colectivos más vulnerables de la sociedad.

Sánchez dijo que era una «suerte» tener a Michael Nyman en el auditorio alicantino y le invitó a volver. El británico, que días antes consideró «un honor» tocar en el ADDA y un «bonus» recibir, este primer galardón, respondió con un escueto «thank you» al reconocimiento y a los aplausos del público en una noche donde la protagonista fue la música y su apoyo a los niños con cáncer.