A la tercera va la vencida. El dibujante alicantino Joaquín Ladrón, referente del cómic underground en los 80 y 90, vuelve a la carga con una exposición que fue censurada en 1989 en dos bares de Villena y San Vicente del Raspeig por ser considerada «irreverente». Creador de la línea tremenda con sus dibujos, Ladrón expone de nuevo sus obras con el mismo título (Recuerdos de mi primera comunión y otros dibujos sacrílegos) 27 años después. Será en la zumería El Baresito de San Vicente, el próximo 22 de octubre, que incluirá actuaciones de su banda, Ladrón y las Serpientes de Marte, y del grupo Ultrazorras.

Ladrón, afincado en Barcelona y dibujante de la revista de música Ruta 66, recuerda que la primera exposición fue en el bar Colosseo de Villena en noviembre de 1988 y días después algunos de sus dibujos fueron publicados en la revista Villena que editaba el Ayuntamiento y que dirigía el concejal socialista de Cultura Antonio Hidalgo. «Dio lugar a tres plenos sobre la libertad de expresión y la libertad religiosa y al final fue censurada por las protestas de Alianza Popular» que tachó de «insultantes» sus dibujos, cuenta Ladrón, que un mes después se la llevó a otro bar de San Vicente -hoy llamado El Baresito- y tras la visita de un sacerdote, «al día siguiente cerraron el bar con la exposición dentro».

El dibujante, que hoy tiene 45 años, señala que «no hay mal que por bien no venga, porque ahí inicié el contacto con Subterfuge y publiqué cinco o seis álbumes con ellos (El hombre de los caramelos, La Mocopandilla...). Yo tenía 17 años y lo que expuse fue el comienzo de lo que se reflejó luego en posteriores obras», rememora Ladrón, que incide en que sus dibujos eran «humorísticos» aunque tras ellos había «una rebelión contra el poder establecido y la religión, que todavía tenía un peso muy fuerte. Era un poco contestatario pero era la época de la explosión del punk de mitad de los 80 y en eso no he cambiado mucho: el inconformismo es un pilar de mi obra».

Él considera que con el paso del tiempo sus dibujos, hechos «con plumilla y tintas aguadas a la vieja usanza, han ganado» y decidió recuperar la muestra porque «ahora veo el panorama y también es momento de decir no y defender tu individualidad».

Joaquín Ladrón no cree que el público se sorprenda 27 años después de estas escenas satíricas sobre la Iglesia, «solo espero que la gente pase un buen rato y les haga pensar» y apunta que «si la gente se escandaliza por esto es que no hemos progresado mucho. El problema no es de la sociedad sino de unos pocos que quieren manejarla y ante la censura siempre hay que dar dos tazas», tras añadir que «la revolución va a ser larga y más vale hacerla riendo».

La inauguración de la exposición será una fiesta con «bufet beato» en el que se servirán «magdalenas, cabello de ángel, tetas de monja y ostias divinas» y donde actuarán Ladrón y las Serpientes de Martes y sus amigas Ultrazorras, con las que comparten batería.

La música siempre ha ido vinculada a la vida de este dibujante, que ha realizado las cubiertas de discos de grupos como Sex Museum, Killer Barbies, Los Perros, The Hellacopters o Schizophrenic Spacers y añade que le gustaría hacer alguna portada «a Black Sabbath o a Uncle Acid».

Además de trabajar para Ruta 66, antes de que acabe el año publicará Songbook 2, con Amaníaco Ediciones, la segunda entrega de las ilustraciones de músicos realizadas para esta revista en la que colaboran Josele Santiago, Gabi Aldeguer, Fernando Alfaro o Fernando Pardo.