En un cálido homenaje, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) descubrió ayer la placa con la que ha sido bautizado su jardín en recuerdo a Ana Diosdado, «una mujer nunca silenciada», única y primera presidenta de esta entidad, entre cuyas paredes falleció. El presidente de la SGAE, José Manuel Fernández Sastrón, junto a Paloma Pedrero, del Consejo de Dirección, destapó el monolito que, a la entrada del jardín del Palacio de Longoria, reza: «Autora, directora, actriz. Una vida a la luz de los escenarios».