«El piano es el instrumento rey: es solista y al mismo tiempo acompañante. No puede salir a la calle con una banda pero es el único que puede dar conciertos solo». Lo dice Manuel Iturralde, profesor de conservatorio jubilado de 75 años que el miércoles se acercó con sus partituras a interpretar algunas piezas al piano Yamaha instalado ayer en el jardín de Las Cigarreras para disfrute del público.

Esta ha sido la primera vez que se celebra en Alicante el Día del Piano (Piano Day), una iniciativa que saca los pianos a la calle en todo el mundo para acercarlos a los ciudadanos y que los toquen con libertad, que en Las Cigarreras se completó el jueves con un concierto del alicantino Carlos Izquierdo.

«A mí me avisó un alumno de que iban a poner fuera un piano, pero pensaba que esto iba a estar lleno de gente», apuntó el profesor jubilado, antes de marcharse a recoger a su nieta del colegio. Con canciones como El humo ciega tus ojos o El día que me quieras, Manuel fue de uno de los primeros espontáneos que ofrecieron por la mañana un mini-concierto ante el público escaso que conocía la idea, aunque quienes se acercaron agradecieron el sonido percutido de las teclas y por la tarde la audiencia fue más numerosa.

María José, trabajadora en Las Cigarreras, improvisó una polca ante sus compañeros, aunque reconoció no dominar el instrumento: «Yo soy más de violín, de piano toco el cumpleaños feliz y poco más», aclaró.

Pedro Toval, de 62 años, también mostró sus dotes tras advertir a los espectadores de que «solamente llevo un mes dando clases de piano y aún intento descifrar las partituras, porque eso es un idioma aparte», apuntó mostrando su manual de principiante.

«Lo leí en INFORMACIÓN y me parece genial que aquí hagan estas cosas. La historia ya la conocía porque estuve un tiempo en Canadá y allí en Montreal sacan los pianos a la calle», apuntó el jubilado, que en su casa practica con un pequeño teclado y esta era una ocasión para hacerlo a lo grande: «Hombre, ¡este es un Yamaha!», indicó antes de volver a casa -«que tengo que hacer la comida», explicó- tras asegurar que volvería por la tarde con su nieto a tocar otro rato.

Con boleros, tangos, canciones de Lluís Llach, Frank Sinatra o de West Side Story, Juan, aficionado al piano de 63 años, se arrancó a tocar durante un rato aprovechando que no había competidores cerca. «A mí es que me encanta el piano y lo toco por gusto, porque nadie me ha enseñado. No sé leer partituras, toco de oído, me equivoco y lo hago mal, pero me encanta», indicó modestamente el músico tras añadir que la guitarra se le daba mejor. Juan no tenía conocimiento de que ayer se celebrara el Día del Piano: «Estaba dando una vuelta por aquí y me he acercado cuando he oído que estaba alguien tocando» tras calificar de «muy buena idea» la experiencia, aunque le preocupaba que al instrumento le diera demasiado el sol al aire libre.

Por la tarde la jornada estuvo más animada, ya que fueron varios los pianistas que se acercaron a probar el Yamaha y el público se multiplicó a la salida del colegio con escolares y sus padres. Desde las Cigarreras indicaron que uno de los participantes, que manifestó llevar dos años sin tocar este instrumento, interpretó sus melodías durante una hora y enseñó a los niños. «Estamos pensando en ficharlo», bromearon.