Los fotógrafos que tomarán el relevo a Cristina García Rodero, Alberto García-Alix o Chema Madoz, la nueva generación de profesionales a tener en cuenta en la futura fotografía de autor se encuentra actualmente reunida en una exposición comisariada por Jesús Micó en la sala Canal Isabel II de Madrid, enmarcada en el festival PhotoEspaña. Cinco fotógrafos alicantinos -Carlos Aguilera, Alfonso Almendros, Alberto Feijóo, Carlos García Martínez y la gallega María Moldes, actualmente afincada en Madrid pero muy vinculada a Alicante- figuran en este proyecto titulado Un cierto panorama. Reciente fotografía de autor en España, que presenta los trabajos de 54 nombres destacados de la creación fotográfica actual.

Una muestra con obras colgadas pero también en formato fotolibro y audiovisual que navega «por la rica pluralidad de planteamientos que ayudan a definir la actual fotografía de creación española», señala el comisario, tanto en el ámbito estético como en el temático, con el fin de conocer «las claves expresivas que se dan de manera tan significativa como excelente en la actual fotografía de autor».

El libro editado sobre la exposición -que cuenta con un texto de la «veterana» Cristina de Middel, también alicantina- disecciona a los autores y a sus series. El primero de ellos es Carlos Aguilera (Los Montesinos, 1992), formado en EE UU y vinculado a Granada, donde coordina su club de fotolibros, de quien Micó dice que «su relato visual gira hacia un campo de la percepcion que resulta ser tan personal y auténtico como áspero y seco». Su serie La General es un trabajo de «documentalismo personal» con dos visiones: las connotaciones sociourbanísticas y el entorno sentimental.

De Alfonso Almendros (1981), afincado durante años en Helsinki, el comisario apunta que en Family Reflections presenta un trabajo «alegórico dentro de los cánones del documentalismo subjetivo». Tras un tiempo fuera, el fotógrafo decidió volver a casa y reencontrase con el pasado de su familia y en esta serie muestra «escenas crudas y místicas, desde la poesía nostálgica hasta el vacío frío de la soledad y la muerte».

En Something we used to know Alberto Feijóo (1985) revisa con nostalgia el fin de la adolescencia y la primera juventud mediante vivencias alrededor de los grandes festivales de música. Micó apunta que su trabajo abstracto es «mucho más poético (no entendido como suave) que pragmático», lo que lo hace poco convencional» y añade que su fotografía resulte «tan interesante como paradójica», con una mezcla de opuestos muy bien resuelta, «de exquisitas formas y a la vez deliberadamente sucia», poco amable estéticamente.

De María Moldes (1974) destaca la imaginación que libera con la fotografía y su capacidad de convertir a los personajes que fotografía en escenas cotidianas en «protagonistas de una serie de ciencia ficción de serie B, que parecen alienígenas en un mundo extraterrestre de aspecto marciano». Personajes en un mundo paralelo de ficción, un universo relacionado con la ironía, la melancolía y el surrealismo. Igual sucede con el paisaje real de Bloop, serie realizada en los lodos de San Pedro del Pinatar, escenario «tanto de Marte como de Murcia», dice la autora, que «lo muta» en extraterrestre.

En Ciudad Real, Carlos García Martínez (1992) revisita los paisajes de su historial familiar y lejos de encontrarse con el imaginario mítico de la meseta quijotesca, se da de bruces con una realidad de ladrillo. Micó subraya el «documentalismo prosaico con connotaciones críticas» en su obra.

La exposición puede contemplarse hasta el 23 de julio.