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Anna Bella Geiger o el arte de la metamorfosis

La artista brasileña, uno de los máximos exponentes de la experimentación artística en su país, inaugura hoy en la galería Aural de Alicante su primera individual en España

La experimentación, la investigación, la ruptura con los límites establecidos, el cuestionamiento de las fronteras y la búsqueda de nuevos caminos para el arte son, desde hace ya más de cincuenta años, los pilares sobre los que Anna Bella Geiger (Rio de Janeiro, 1933) ha tejido un mundo artístico identificable y personal. Considerada como pionera en el uso de técnicas como el vídeo en su país y uno de los máximos exponentes del arte contemporáneo, esta creadora llega a Alicante para realizar la que es su primera exposición individual en España. Y la galería Aural, con la que fue de la mano este año a ARCO, es el espacio elegido por esta artista, donde se inaugura hoy, a las 20 horas, Circa MMXIV: ni más ni menos.

«Hace unos ocho años que utilicé por primera vez el término latino circa, una nomenclatura histórica utilizada en arte y arquitectura cuando el año exacto es impreciso; para mí, que llevo más de 50 años trabajando, resulta irónico precisar una fecha, cuando un año más o menos no afecta al conjunto de la información», asegura Anna Bella Geiger, cuya obra se encuentra en colecciones de centros como el Reina Sofía de Madrid, el Macba de Barcelona, el Museo Getty de Los Ángeles, el Centro George Pompidou de París o el Moma de Nueva York.

La exposición, que se podrá ver hasta el 30 de junio en Aural, propone un viaje por su producción artística desde los años 70 hasta la actualidad. Así, se podrá ver una serie de cinco fotocollages de 1975 titulados História do Brasil: Little boys and girls; también la pieza Sobre nácar com onda (2014), un objeto compuesto por una concha marina con un mapamundi en papel japonés, o la obra Variáveis (1977), que se compone de cuatro visiones del mapamundi, presentada por primera vez en la XXXIX Bienal de Venecia (1980).

También Rrose Sélavy mesmo (1997-2014), que se compone de portadas de periódicos brasileños y extranjeros sobre los cuales está pegada la foto de Marcel Duchamp, firmada por Man Ray, y dos series desarrolladas como tarjetas postales, una de ellas Brasil nativo/Brasil alienígena (1977), donde la artista traza paralelismos entre las costumbres de vida de los indígenas y de los blancos, negros y mulatos urbanos en un Brasil de tiempos de dictadura militar. En fotografía también se podrán ver algunas obras da serie Passagens (1975). «No soy fotógrafa, pero utilizo la condición fotográfica igual que el vídeo. Por eso presento vídeos de 1974 como Passagens y Mapas elementares. Hay también una serie de grabados en metal y serigrafía, donde abordo cuestiones de orden geopolítico que algunos críticos de arte han definido como geopoéticas».

La Bienal de Venecia o la Bienal de San Paolo son algunas de las citas a las que ha acudido en numerosas ocasiones a lo largo de una trayectoria que le ha llevado a las mejores salas del mundo y en la que siempre ha defendido la independencia del artista. «Yo soy siempre muy crítica sobre el mundo del arte, pero comprendo que los artistas dependemos de un sistema creado que se desarrolló desde la época moderna. Existe el artista, su obra, el crítico, el curador que viene tomando el lugar del crítico, el marchante, la galería, el museo... Todo eso es una realidad necesaria. Lo que me molesta es cuando aparece el tema económico, cuando se impone la ideología del mercado sobre la idea del artista».

Series, tránsitos e identidad

Las series son fundamentales en su trabajo, como vehículo para desarrollar variaciones y metamorfosis de un tema, como también lo son los mapas como representación de un territorio físico y mental. «Mi actitud delante del trabajo es siempre experimental -asegura la artista-, no imagino que pueda ser diferente».

El desplazamiento del ser humano, el tránsito o pasaje, un tema de gran trascendencia en estos momentos, ha sido y es una constante en la obra de esta licenciada en Lingüística y Lengua Anglo-germánica y Literatura en Brasil, y Sociología e Historia del Arte en la Universidad de Nueva York. «Mezclo experiencias de mi vida privada con las percepciones de un ciudadano que vive en el mundo contemporáneo, tan dramático y negativo, porque lo importante es estar siempre atento a la realidad».

Lo mismo ocurre con el debate entre la cultura brasileña y la europea, la colonización y la identidad cultural. «Prefiero la tolerancia a lo diferente y los artistas siempre hemos intentado despertar al hombre. El arte refleja y siempre ha reflejado la realidad vivida por el artista, como medio de conocimiento. En este sentido, el arte también es esperanza. Si no, no valdría la pena existir».

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