La actriz hispano-británica Charlotte Vega dice estar dispuesta a alterar radicalmente su físico «si el proyecto merece la pena», busca papeles que supongan un reto y reconoce que, aunque en 2016 rodó cinco películas, ahora lleva tiempo sin encontrar trabajo. En una entrevista en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), donde estrenó su film The Lodgers, Vega también expresó su desagrado con que su aspecto físico sea lo primero que se mencione de ella, y no su trabajo como actriz.

«Me parece que es un problema que tenemos en la industria con las mujeres en general, el hablar antes de la belleza que del talento», declaró Vega preguntada si le molesta la atención a su aspecto físico. «Hay que recordar que estamos haciendo un trabajo, es importante hablar del talento, del esfuerzo que hemos puesto, seas guapa para alguien o no. No importa. No tiene nada que ver con el trabajo que estamos haciendo», explicó la actriz.

Tras un 2016 lleno de trabajo, Vega declaró que ha llegado a un punto ahora en que prefiere «mucho más pasarlo mal y no trabajar» a hacer algo que no le «llene». «Es importante que cada proyecto sea un paso adelante. No estancarme en un sitio. Me gusta pensar que estoy avanzando de alguna manera. Mi objetivo es poder vivir de la interpretación pero haciendo personajes que me llenen. Leer un guión que me atrape y cautive mi corazón y que quiera hacerlo», añadió.

El desafío ahora es «hacer un personaje que sea una persona que no conozca, que no esté dentro de mí. Hacer personajes que veas de fuera y digas, 'da miedo hacer personajes así'. Es un desafío que me gustaría hacerlo»

«Si el personaje y el proyecto merece la pena, me corto el pelo, me rapo, engordo si puedo, adelgazo si puedo. Físicamente me da igual. Pero con el punto sicológico tienes que tener mucho cuidado. Hasta que punto entras y el saber cuándo cortas la escena y cuándo vuelves a tu casa y eres tú».

Vega describe The Lodgers, un film dirigido por el irlandés Brian O'Malley, como «una historia de terror gótico sobre gemelos huérfanos que viven en una mansión poseída por una maldición antigua». El papel protagonista del film, rodado en una famosa mansión de Irlanda, le llegó a Vega tras un periodo difícil. «Cuando estaba haciendo (la serie de televisión) Velvet, llegué a un punto en el que no me estaba saliendo nada en España. Hacia pruebas pero no me cogían y decidí buscar representante en Londres», dijo. «Me puse a buscar y encontré a Ana. Fue una conexión inmediata. Fue un proceso bastante lento, haciendo castings a través de ella. Y de repente salió mi primera película con mi representante en Londres, Provenance. Y de ahí parece que todo empezó a rodar un poco. Ojalá siga así».

El proceso funcionó. En 2016 rodó cinco películas que están llegando este año a las salas de cine. Pero Vega reconoce que ahora, lleva un tiempo sin trabajar. «No me gusta mentir y hacer ver que todo es perfecto y feliz. Yo soy feliz pero hace tiempo que no trabajo».

«Me gusta ser muy clara», asegura la actriz. Tanto en entrevistas como en Twitter, donde no tiene miedo en denunciar actos de racismo, por ejemplo. «Me parece importante si puedes usar tu voz, usarla».