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La libertad, los números y el equilibrio imposible

El ruido mediático taurino también se ha mostrado estos días de cara al pleno del próximo jueves, en el que se tratará el asunto de la prórroga del contrato de explotación de la Plaza de Toro

Nos ha dejado la semana con el final definitivo de la temporada de Manzanares, exponente máximo en la actualidad de la tauromaquia en nuestra ciudad. Perdidas prácticamente todas las ferias de septiembre, uno de los meses más taurinos del calendario, quedaba la esperanza de que el torero alicantino se hubiera recuperado de su operación de espalda para reaparecer en la feria de San Miguel de Sevilla. Desde aquel 3 de agosto se han ido recibiendo escasas noticias sobre su evolución, y finalmente no volverá a comparecer en los ruedos españoles esta temporada.

El ruido mediático taurino también se ha mostrado estos días de cara al pleno del próximo jueves, en el que se tratará el asunto de la prórroga del contrato de explotación de la Plaza de Toros. Hemos podido leer una cantidad de números atronadores sobre el impacto económico de la Feria de Hogueras en la ciudad. Si alguien dudaba de que la celebración de una feria tan señera reportaba beneficios directos tanto al consistorio como a todos los negocios de hostelería es que, o no quería ver, o tenía las entendederas muy mermadas. Incluso el colectivo de trabajadores del coso taurino, a través del comité de empresa, ha dirigido una carta al alcalde Gabriel Echávarri para informarle de la inquietud que tienen no solo como trabajadores sino por la situación de la tauromaquia en la ciudad, ya que «es un bien de todos los alicantinos que no puede estar en el juego político».

A estas alturas la postura tanto del alcalde como de su grupo político respecto a la dichosa prórroga es de sobra conocida y favorable. El pasado jueves, durante la inauguración de la exposición de pintura del artista albaceteño Jesús Molina Sánchez (que se podrá contemplar en el Museo Taurino hasta el 6 de octubre), la edil responsable de la plaza de toros, Gloria Vara, volvió a transmitir a los asistentes que están negociando el asunto y que no hay de qué preocuparse. Es una lástima que sus aliados de Compromís no piensen lo mismo, al menos hasta el momento. Las últimas declaraciones al respecto de Nacho Bellido defendían la redacción de un nuevo pliego de dudosos principios. Más postureo que apostura. Nadando y guardando la ropa, que es la manera más rápida, al menos en política, de acabar mal con todos.

Sin lugar a dudas, el desconocimiento es el peor de los enemigos que tiene la tauromaquia. Desde fuera se ve este arte como una patología sanguinolenta que sufren quienes acuden, ayunos de todo tipo de empatía y sensibilidad. Es algo así como lo que puede sentir un niño a quien le han mostrado un corderito casi como un juguete y luego le enseñan imágenes del mismo animal en el matadero. La manipulación de los animalistas es tan burda y sensiblera que, sin embargo, cala enseguida en la gran masa. Como tampoco desde las instancias taurinas se ha hecho nada en las últimas décadas por mostrar los valores y la verdad de todo lo que engloba y constituye la tauromaquia, desde el nacimiento y cría del animal hasta los valores nutricionales de su carne, por irnos a los dos extremos vitales del asunto, la batalla de la imagen de la fiesta está ahora mismo más que perdida. Revertir sus consecuencias será tarea harto complicada. La actitud estoica, más bien pasota, del «sistema» taurino ya tiene consecuencias. Primero Cataluña, luego Baleares, y mientras tanto la persecución social a que se ha sometido al aficionado. Con la manipulación de los medios incluida, ya se sabe.

En Alicante la llegada de Guanyar al poder ha resultado nefasta. No ya en muchos asuntos de interés general, sino específicamente en lo concerniente a los toros. Han utilizado una ideología plural para cercenar libertades y recortar derechos. Han manipulado las ideas de la izquierda para encarnar el sectarismo y el adoctrinamiento. La tauromaquia les ha servido como amplificador para hacerse notar y practicar una manera de gobernar excluyente y revanchista. Es decir, todo lo que nunca ha sido la izquierda. Por eso se espera mucho de Compromís en este asunto. Ojalá se acerquen a conocer la verdad de este arte y a sus aficionados. Ojalá les respeten. Ojalá ayuden a la defensa de la libertad y los valores democráticos. Ojalá, en fin, gobiernen de verdad para todos los ciudadanos. Tampoco se les pide tanto.

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