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De La Romana a la London Fashion Week

El diseñador Santiago Rico presenta su colección masculina Narcissus en la plataforma de talento emergente dentro de la feria de moda londinense

Colección Narcissus de Santiago Rico

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Solo tiene 25 años, lleva tres diseñando ropa masculina con su propia marca, Yeagob (su nombre en hebreo), y mañana presenta su nueva colección de moda masculina, Narcissus, en Fashion Finest, una plataforma dedicada a jóvenes promesas dentro de la London Fashion Week. Santiago Rico, que nació en La Romana, pequeña localidad alicantina de 2.377 habitantes, mostrará sus creaciones en una ciudad de más de 8 millones de habitantes, algo que le emociona y le ilusiona a partes iguales.

«Estoy contentísimo y muy emocionado desde que me lo propusieron en noviembre. Contactaron conmigo porque les gustaba el estilo así que cuando me invitaron a la feria para jóvenes diseñadores dije ''por supuesto''», señala poco antes de viajar a Londres, donde además del desfile dispondrá de showroom para vender sus prendas.

«Voy con toda la ilusión, no por vender más, que ya tengo clientes que esperan la colección, sino por la experiencia», añade el joven que, aunque había mostrado antes sus creaciones en pequeños desfiles de Madrid o Murcia, no duda en que «esta es una presentación como debe ser».

Santiago Rico estudió en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Orihuela y ha vivido entre Alicante, Murcia y La Romana pero hace siete meses que se asentó en Barcelona «y desde entonces no he parado de trabajar, va todo seguido», indica.

Pese a su juventud, esta es la cuarta colección que elabora para hombres con su marca -«que funciona bastante bien por internet; siempre vendo fuera de España, Italia y Francia sobre todo, pero hasta China», aclara - y coincidió que la tenía ya «maquetada y preparada para sacarla a la venta».

Narcissus está inspirado en el «narcisismo patológico», apunta Rico, que cree que sus diseños destacan porque «están basados en la sastrería clásica pero los deconstruyo para darles una opción final diferente, con cruces o aberturas de otra forma. No voy a hacer el traje clásico de chaqueta». Siempre con tonos sobrios, en esta ocasión granates y negros y aderezados con puntilla blanca, «que es algo que tiene mucha demanda en el público masculino, para que se vea el sello español, ya que soy el único que va a Fashion Finest».

Es consciente de que sus diseños atrevidos y, en general, la moda masculina «es un campo aún por descubrir, quizá no para La Romana pero sí para ciudades como Barcelona, Alicante o Madrid. El hombre es el eterno olvidado de la moda y no sale de la sota, caballo y rey. Está claro que no todo el público se arriesga al vestir, pero un poco de cambio debería haber».

Trabaja con lana fría, encarga el tejido a una casa de Sabadell, y todo lo cose él solo. «No me supone nada coser, coso tanto que me pongo con la máquina y en una tarde me hago una chaqueta. Hasta 40 o 50 pedidos al año puedo hacer yo a mano, pero si a partir de ahora aumenta la demanda tendría que contratar a gente para un taller», augura este millennial, que no procede de familia costurera pero maneja la aguja desde pequeño: «Mi hermano y yo éramos muy delgaditos y siempre tenían que arreglarnos los pantalones. Ahí empecé a fijarme», recuerda.

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