Con el festejo de hoy da comienzo la tetralogía de carteles para corridas de toros preparado por la empresa que ha convertido a la de Alicante en la feria más completa de cuantas se celebran en el mes de junio y dan comienzo al largo verano taurino. Además, el ciclo comienza con un ambiente excepcional, después del triunfo rotundo de Andy Cartagena el pasado domingo en el festejo de rejones, del que salió a hombros junto a Lea Vicens, y tras dos tardes muy entretenidas con los más jóvenes, los alumnos de la escuela taurina, en cada una de las cuales se dieron cita más de cinco mil personas.

Y esta tarde, primera corrida de toros, tendrá lugar uno de los momentos más esperados, al menos en cuanto al lado más humano de la fiesta. Tras dos años luchando contra la leucemia, volverá a los ruedos Francisco José Palazón. Petrerense, formado en la Escuela Taurina de Alicante, doctorado en esta plaza, el espigado torero volverá al ruedo donde sin duda ha cosechado sus mayores triunfos y en el que también recibió enormes muestras de cariño y aliento durante la feria de 2017, cuando numerosos toreros le brindaron sus faenas y mostraron su apoyo. Hasta ochenta y cuatro kilos llegó a pesar en el peor momento de la enfermedad, pero se marcó como objetivo volver en la feria de este año. La sensibilidad de compañeros, empresa y aficionados propiciarán que, como reconoció en estas líneas, este sea un nuevo comienzo, no el fin.

Paco Ureña vuelve a Alicante con el objetivo de mostrar una filosofía del toreo que defiende hasta sus últimas consecuencias. La entrega total a un concepto de rectitud y profundidad ha sido el sello de su toreo, que le ha llevado a sufrir muchos percances de los que su espalda ha salido muy maltrecha. A pesar de perderse uno de sus compromisos en Madrid, volvió para cerrar la feria, y desde entonces sigue mostrándose tan auténtico como siempre. Aunque el lorquino no ha brillado especialmente en sus dos anteriores actuaciones en el coso alicantino, la afición sigue esperando de él la emoción del toreo auténtico.

Cierra terna el valenciano Román. El joven diestro, al igual que Palazón y Ureña, se mueve también en las emociones fuertes. Sus actuaciones casi se cuentan por percances, y se ha ido labrando un camino firme en las dos últimas temporadas a base de frescura y entrega, sin renunciar a torear los encastes más duros.

A partir de mañana viernes llegarán los nombres más conocidos y que figuran en la parte alta del escalafón. Primero será el turno para tres toreros de cortes distintos. Sebastián Castella abrirá la terna más laureada durante el pasado San Isidro. El francés sumó la quinta puerta grande a su larga carrera el 30 de mayo con una faena épica. Mismo número alcanzó Alejandro Talavante cinco días antes, aunque la obra que quedará en el recuerdo será la del 16 de mayo, cuando toreó al natural de un modo que está al alcance de muy pocos. Y cierra terna Andrés Roca Rey, el último gran revulsivo de la fiesta de los toros, el que está llamado a mandar en las próximas temporadas. El peruano tiene la personalidad, el valor y la calidad en altas dosis, y ese cóctel ha caído en gracia entre la mayoría de los públicos. Su insultante juventud (veintiún años cuenta el mozo) no es óbice para que muestre un cuajo inusitado. En esta ocasión se las verán ante astados de la ganadería de Núñez del Cuvillo.

Manzanares y mucho más

El sábado será la tarde de Manzanares. Sobre él carga la responsabilidad de mantener el pabilo de la llama de la afición en nuestra ciudad, y más allá. Quince años después de su alternativa sigue engrandeciendo su figura y prolongando una regularidad difícil en los toreros de su corte. Y viene a ser testigo del doctorado en esta ocasión de un valor muy nuevo, Diego Carretero, joven torero de Hellín apoderado por el alicantino Luis Rubias. Buena temporada la suya en 2017, en la que destacó en numerosas plazas importantes. Esta alternativa de lujo le debe servir de caja de resonancia. Tendrá un padrino también de lujo: Morante de la Puebla.

El sevillano anda en trance de temporada especial, tras la «espantá» de agosto del año pasado, cuando se retiró por enésima vez. Ha vuelto más ancho que nunca y también más hermético, huyendo de la televisión. Los toros de ese día llevaran el hierro de Juan Pedro Domecq, casa fundacional del encaste mayoritario de la actual cabaña ganadera.

Y el domingo, en el día grande de la feria, otra terna atractiva, encabezada por el valenciano Enrique Ponce, el torero que más se ha prodigado en los ciclos de Hogueras desde que debutara a comienzos de la década de los noventa del pasado siglo. Valor seguro en la taquilla y en lo artístico, viene disfrutando de una madurez rejuvenecida.

Junto a él, Julián López El Juli se llevará gran parte del protagonismo. El madrileño viene de conseguir una nueva Puerta del Príncipe en Sevilla y un faenón malogrado con la espada en Madrid. En la capital hispalense, además, indultó a Orgullito, hermano de camada de los que se lidiarán esa tarde en Alicante, con los hierros de Garcigrande y Domingo Hernández. Cierra la terna Cayetano, en temporada de pocos contratos, pero siempre demandado por el gran público.