Luis García Montero ha expresado este miércoles, durante su toma de posesión como director del Instituto Cervantes, su "sueño" de abrir centros en Washington y Miami, y de extenderse por el África subsahariana y por Asia.

García Montero, que se estrenó en el cargo el pasado 25 de julio en la reunión anual de los cerca de 70 directores del Cervantes celebrada en Alicante, ha prometido el cargo ante la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y los ministros de Asuntos Exteriores, José Borrell; Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá; Cultura y Deportes, José Guirao; y Justicia, Dolores Delgado.

También ha acudido su esposa, la escritora Almudena Grandes, y amigos como los cantantes Joaquín Sabina y Miguel Ríos; el cineasta Fernando León de Aranoa; los actores Pilar y Carlos Bardem y Núria Espert; y el escritor Benjamín Prado, además de embajadores y directores del Cervantes.

El nuevo director del Instituto Cervantes ha defendido que en la "situación actual de la conciencia democrática en el mundo, la perspectiva iberoamericana es una necesidad en la Europa del 'brexit', en el trance de la cultura hispánica en Estados Unidos y en la defensa de los derechos humanos en cualquier parte del mundo".

Por ello, con el idioma "como puente entre España, Europa y Latinoamérica", sueña con "la apertura de un centro Cervantes en Washington, otro en Miami o nuestra extensión por el África subsahariana y por Asia".

Imaginando un diálogo con don Quijote, ha ilustrado su intención de ser "uno más de todos los cargos públicos que, después de años de recortes, se pondrá en la cola y pedirá al Estado un poco de oxígeno" para cumplir con las funciones de la institución y "tratar con dignidad al mayor patrimonio de esta institución, el patrimonio humano".

A esos trabajadores les ha agradecido su capacidad de generar autofinanciación a través de actividades culturales y académicas, con las que han conseguido que el Cervantes "salga muy barato al Estado", en concreto poco más de un euro anual por cada español.

El poeta ha afirmado que el Instituto Cervantes "atesora especial significación", porque "reúne la presencia de España en el mundo, la cooperación internacional, el reconocimiento del valor de la educación y su compromiso en el apoyo y la difusión de la cultura", y se ha comprometido a dirigirlo con "el respeto al bien común de la entidad y a la independencia de sus profesionales".

Ha subrayado que el español y sus culturas son hoy "una columna vertebral" que reafirman los objetivos del Instituto Cervantes de promover universalmente la enseñanza y el uso del español, contribuir a la difusión en el exterior de las creaciones y promocionar las culturas de las nacionalidades y regiones que integran el país.

Instrumento de prestigio

Tras despedirse con la lectura de un poema dedicado al idioma publicado hace diez años en el poemario 'Vista cansada', ha tomado la palabra la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, quien ha destacado que la cultura es "el GPS imprescindible para moverse en la sociedad" y ha subrayado que esa entidad es "el instrumento" que llena al país "de buen nombre y de prestigio".

Ante la presencia "del mundo de la cultura, el mejor mundo al que se puede pertenecer", y sin el que "se corren muchos peligros", ha defendido la importancia que le da el Gobierno al sector y, dentro de él, al Instituto Cervantes. Y ha definido este organismo como "el instrumento con el que este país se llena de buen nombre, se llena de prestigio, se llena de lo que somos y de lo que representamos, sin ningunas alharacas superiores pero en la justa medida de los que somos en Europa y en el mundo".

La vicepresidenta también ha reivindicado la necesidad de proteger, "además de a don Alonso, a Sancho y a Aldonza y a Dulcinea, porque no hay mejor cultura que la igualdad".