Es una historia gótica de suspense sobrenatural, protagonizada por cinco chicas muy jóvenes que tratan de encontrar su lugar en el mundo y que para ello deben enfrentarse a una fuerza oscura más poderosa que ellas. Se trata de la nueva película del director español Rodrigo Cortés, autor de una breve pero espléndida filmografía que arrancó en España con Concursante y que ha proseguido en Estados Unidos con Enterrado, Luces rojas y Blackwood, esta última con Uma Thurman al frente del reparto.

Cinco adolescentes problemáticas se ven obligadas a acogerse a un programa experimental de enseñanza impartido por la enigmática Madame Duret (Thurman) en el internado Blackwood. Pronto empiezan a mostrar talentos singulares que no sabían que poseían, y a tener extraños sueños, visiones, lagunas de memoria. Cuando la frontera entre realidad y sueño comienza a hacerse demasiado difusa, todas comprenden al fin el motivo por el que han sido llamadas a Blackwood. Aunque ya puede ser tarde...

Basada en el clásico literario adolescente Down a dark hall, de Lois Duncan, es una cinta de y para adolescentes pero que Cortés espera que tenga la suficiente elegancia como para interesarle a todo el mundo. «Más que una película de terror -señaló- es una alegoría inevitable sobre el hecho de crecer, en esa edad tensa y difícil en la que todo resulta terrorífico, cuando uno debe descubrir quién va a ser el resto de su vida. Pero Blackwood es, ante todo, cine del modo en que lo entiendo y me interesa. Más que en sagas recientes, busca guía en la mirada perturbadora de Polanski, en la psicología subterránea de Roeg. En la sensualidad invisible de Weir. En Blackwood pesa tanto el suspense como la belleza de la pintura o la música: el arte se convierte en una laguna profunda llena de peligros. Nunca antes me había dirigido al público adolescente. He tratado de acercarme a él de forma respetuosa y directa. Sólo así puedo aspirar a proporcionarle al espectador, a cualquier espectador, cualquiera que sea su edad, una experiencia cinematográfica genuina».

«Con Blackwood he tratado de abrazar un pequeño clásico juvenil y trabajar sus elementos sin cinismo para dialogar con su público de forma honesta. Con intérpretes de extraordinario talento, desde Uma Thurman a la más joven de las actrices. He tratado de pasar el young adult por un tamiz más «europeo» y sensorial. He tratado, en definitiva, de hacer una buena película», manifestó.