El director Luca Guadagnino provocó ayer división de opiniones en la Mostra con su perturbadora Suspiria, una revisión del clásico de terror en la que retrata lo «terrible» de la feminidad y de las relaciones entre personas.

Guadagnino (Palermo, 1971) compite por el León de Oro con esta adaptación de la obra de Dario Argento de 1977, con la que dividió a la crítica en su estreno entre aplausos y abucheos, y con la que se aleja de la estética luminosa de Call me by your name (2017).

Todo para narrar la oscura historia de una bailarina, a la que da rostro Dakota Johnson, que llega al Berlín de la década de 1970 para inscribirse en una prestigiosa compañía de danza a las órdenes de la misteriosa coreógrafa Madame Blanc, interpretada por Tilda Swinton.

Pero la joven pronto descubrirá que la academia es en realidad el escenario de horribles crímenes y el centro de poder de un grupo de brujas que encaran un profundo conflicto interno entre ellas.

«Ciertamente es una película sobre lo terrible de las relaciones entre personas, lo terrible de lo femenino y lo terrible de la historia», resumió el realizador.

Por otro lado, tras el esfuerzo físico y mental de interpretar a José Mujica en su periodo de 12 años en la cárcel, Antonio de la Torre reconoce que lo que busca es precisamente aprender, como le ha pasado en este filme, en el que se ha empapado de la historia de Uruguay y de la figura del expresidente.

«Me parece más interesante lo que yo aprendo que lo que puedo contar como actor, es más, estoy convencido de que es así, pero espero y deseo que lo que puedo hacer como actor sea lo suficientemente interesante para que algunos directores y productores me sigan contratando, poder seguir haciendo películas, comiendo y viajando», dijo el actor en una entrevista.

De la Torre es Mujica en La noche de 12 años, del uruguayo Álvaro Brechner, que compite en la sección Horizontes de la Mostra de Venecia, la segunda en importancia del Festival.