El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Quim Torra, han aparcado el reciente ultimátum del jefe del ejecutivo catalán y han mantenido hoy un tono cordial durante el funeral en Barcelona de la soprano Montserrat Caballé, al que ha asistido también la reina Sofía.

El auditorio del Tanatorio de Les Corts se ha quedado pequeño para acoger a los familiares, amigos, ciudadanos y autoridades que han querido homenajear a la gran diva de la ópera, a la que han despedido con una ceremonia religiosa de carácter sencillo y humilde.

Pese a haber brillado con su voz prodigiosa e inmortal en los principales escenarios del mundo, Caballé se ha querido marchar como una más, aunque, a diferencia de la mayoría de mortales, su funeral ha contado con la presencia de las máximas autoridades del país, además de representantes políticos y personalidades del mundo de la cultura.

La ceremonia fúnebre ha sido la primera ocasión en la que han coincidido Pedro Sánchez y Quim Torra después de que el presidente catalán le lanzara un ultimátum para que en noviembre presente una propuesta para Cataluña, con el aviso de que, si no lo hace, el independentismo le retirará el apoyo en el Congreso de los Diputados.

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Familiares y amigos despiden a Montserrat Caballé en Barcelona

Familiares y amigos despiden a Montserrat Caballé.

Si bien este ultimátum puede generar cacofonía en la sintonía que pretendían alcanzar los dos gobiernos y contratiempos para los presupuestos de Pedro Sánchez, la universal voz de la cantante barcelonesa, que ha vuelto a sonar por los altavoces durante su comedido funeral, ha unido a todos los presentes por encima de las diferencias ideológicas.

Así pues, el ruido del debate político generado a raíz del proceso soberanista, del que trató de rehuir Caballé en sus últimos años de vida, no ha interferido en su despedida.

Torra y Sánchez se han saludado cordialmente tanto en el velatorio como, posteriormente, al inicio de la ceremonia, sin que se les haya visto entablar una conversación.

Mientras Torra departía con el presidente de la Fundación del Liceu, Salvador Alemany, Sánchez ha entrado en la sala donde se ha oficiado el funeral por el pasillo central junto con Doña Sofia y, tras saludar al presidente catalán, a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y a otros asistentes, se ha sentado en la primera fila.

Pedro Sánchez se ha situado a la izquierda de Quim Torra, en una primera fila en la que, además de la reina emérita, se encontraban el ministro de Cultura, José Guirao, el presidente del PP, Pablo Casado, la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera, la alcaldesa Ada Colau y la consellera de Cultura de la Generalitat, Laura Borràs.

En una segunda fila había otros representantes políticos, como la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, el portavoz adjunto de JxCat, Eduard Pujol, el líder del PPC, Xavier García Albiol, y los también populares Dolors Montserrat y Jorge y Alberto Fernández Díaz, entre otros políticos.