La primera edición de los Premios del Audiovisual Valenciano organizados por la Generalitat se saldó ayer con el triunfo de El desentierro, el thriller con la corrupción de fondo en los arrozales valencianos de Nacho Ruipérez, que logró seis de los diez galardones a los que aspiraba en su ópera prima, incluidos los de mejor película, director y guion, mientras que los cineastas alicantinos sumaron un total de siete distinciones.

Fishbone, la película sobre el peso de las raíces del sanvicentero Adán Aliaga rodada entre Manhattan y Tabarca, otra de las favoritas con nueve nominaciones junto a Perfectos desconocidos de Álex de la Iglesia (que se fue de vacío) logró finalmente dos: el premio a la mejor actriz, Saida Benzal, que agradeció especialmente a su director «porque es la primera vez que me nominan, que soy protagonista y que apuestan por mí», señaló; y al mejor sonido, que entregó el músico Luis Ivars y recogió José Manuel Sospedra, quien pidió «hacer caso» a cualquiera con un chaleco en la calle pidiendo silencio para rodar.

Tanto El desentierro como Fishbone se estrenaron precisamente ayer en los cines. Formentera Lady, rodada parcialmente en Dénia del alcoyano Pau Durà, también recibió distinciones al mejor actor (José Sacristán) y a actriz de reparto (Pepa Juan).

Aliaga, no obstante, subió al escenario junto a Isa Feliu y Miguel Molina, de Jaibo Films, para recoger el premio al mejor cortometraje documental por The Fourth Kingdom, ese universo de plástico rodado en Nueva York galardonado ya en una quincena de festivales internacionales. «Llevamos dos años por festivales y nos hace mucha ilusión este reconocimiento aquí en la Comunidad Valenciana y en la terreta», apuntó Feliu, a lo que Aliaga añadió que este «es un corto muy especial dedicado a la gente que lucha por conseguir un futuro en un centro de reciclaje de plásticos para gente sin recursos» y auguró «larga vida a la Academia».

También el cineasta de San Vicente David Valero sumó un nuevo galardón al multipremiado ScratchScratch, una reflexión sobre la violencia reconocida como mejor cortometraje de ficción, que quiso compartir con «tanta gente» que participó en este corto, realizado en parte con micromecenazgo.

El ilicitano Pepe Andreu y el castellonense Rafa Molés se alzaron con el de mejor documental con su potente Experimento Stuka sobre el bombardeo de la Legión Cóndor en cuatro pueblos de Castellón. Ambos lo dedicaron «a la gente que trabaja por la memoria y a las víctimas», tras recordar que «primero hay que conocer la historia, escribirla, leerla, digerirla y entonces sí, pasar página, porque las heridas solo se cierran con la verdad»

La gala celebrada en el Teatro Principal de Alicante estuvo conducida magistralmente en el terreno de la comedia por la actriz y humorista Maria Juan, y la única sombra fue el reciente fallecimiento del cineasta Toni Canet, fallecido poco después de anunciarse el reconocimiento a su figura por su defensa de la cultura y su trayectoria en el audiovisual valenciano. Sus amigos Casimir Romero y Joan Olivares se encargaron de recordarle con afecto.

La otra homenajeada de la noche fue la cineasta alicantina Cecilia Bartolomé, que recibió el premio especial a la trayectoria por ser «pionera como directora y luchadora» de manos del presidente de la Academia Valenciana del Audiovisual, Pep Llopis, que la calificó como «la directora más feminista y más censurada de la historia».

Directora, guionista, productora de cine y audiovisual, Bartolomé (Alicante, 1943) sufrió la censura franquista escribió y dirigió en 1978 su primer largometraje, Vámonos, Bárbara, presentado en el Festival de San Sebastián, considerada la primera película feminista del cine español y autora de otras con el denominador común de la preocupación por la amnesia histórica.

Cecilia Bartolomé agradeció ser la primera directora homenajeada en el estreno de estos premios «con un poco de pena de pensar que el otro premiado, Toni [Canet], ha desaparecido hace solo unos días». La alicantina reconoció haber tenido «muchos disgustos y muchas alegrías» en esta «aventura de ser peliculera en la que me metí cuando nadie lo esperaba» y se acordó de su familia y, en concreto, de su hermano por ayudarle en sus primeros intentos de hacer cine.

Esta no fue la única nota alicantina de la gala, que dirigió el alfasino Juan Luis Iborra, veterano en estas lides tras estar al frente de seis ceremonias de los Goya, y que contó con las actuaciones de la compañía OtraDanza de la ilicitana Asun Noales, además de la música en directo de una big band.

Los galardonados, por otra parte, recibieron una escultura diseñada por la artista de Pego Inma Femenía. También el director de cine alicantino Jorge Torregrossa entregó uno de los galardones, al igual que la cineasta Pilar Pérez Solano o el actor Luis Miguel Seguí.

Durante la noche también se proyectó un video para rendir homenaje a personalidades de la cultura valenciana fallecidas en los últimos años, como la escritora y exministra de Cultura Carmen Alborch o el polifacético artista Carles Santos, además de un recordatorio especial a Toni Canet.