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La andanada

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Una vez pasada la borrasca del pseudobombo isidril, que dejó la única combinación que podía justificar tanta parafernalia (es decir, ver a Roca Rey emparejado con los «grises» de Adolfo Martín), se van conociendo muchas de las composiciones de otras ferias y festejos que jalonarán el primer tercio de la temporada. Sevilla, ya con carteles oficiales, basará su abono abrileño en los primeros nombres del escalafón: El Juli, Manzanares, Roca Rey y, a pesar de los rumores, también Morante de la Puebla. Salvo el torero peruano, los rebeldes del bombo. Llama la atención la entrada de Diego Urdiales en una terna de postín el lunes 6 de mayo, con toros de Juan Pedro Domecq y junto a Morante de la Puebla y José María Manzanares, lo mismo que Pablo Aguado, con el de la Puebla y el peruano cuatro días después. Excepto algunos carteles menores, sobre todo los días 28 de abril y primero de mayo, el resto contiene composiciones bastante rematadas. Solo se echa en falta a Enrique Ponce, único nombre de peso que acudió al rescate de la empresa cuando los primeros espadas boicotearon la feria de 2015...

En Madrid, por tanto, todo está todavía por concretar, y ahí se verán las verdaderas dotes imaginativas de Simón Casas. No es alguien que se ponga de perfil, desde luego, y a su verborrea impúdica la acompaña de hechos y deseos de renovar el negocio taurino, que bien lo necesita. Difícil parece, sin embargo, rehacer los mimbres con los tres diestros reacios al sorteo después de haberles dejado en evidencia, no se sabe muy bien por qué, pero en evidencia al fin y al cabo. Poner en duda la valentía de estos toreros sería de una estupidez supina, pero no cabe duda de que el pulso al que les ha obligado el empresario de Las Ventas no les ha beneficiado. ¿Podrá convencerles de entrar en alguno de los carteles restantes? Habrá que esperar, pues, a las dotes negociadoras del empresario galo, que lo tiene verdaderamente complicado para tejer la urdimbre de más de treinta festejos, un número demasiado amplio que debiera revisarse para próximas ediciones. Es la estela que ha ido dejando el grupo de Casas en muchos cosos: conseguirlos con ofertas algo pretenciosas, inflar el abono y, al final, exigir a los dueños de la plaza en cuestión la rebaja de exigencias para hacer viable la feria y echarles las culpas de todo lo que él mismo provocó. No hay que irse muy lejos, pues en Alicante obró así durante su primera etapa. En esta última ya ha tenido la sartén por el mango y ha hecho y deshecho a su antojo.

A la espera del engranaje de las figuras, Emilio de Justo, que tampoco entró en el bombo, ha firmado tres fechas para San Isidro de auténtico compromiso: con reses de Victorino Martín, Baltasar Ibán y un hierro de los del sorteo a su elección. Habrá que ver cómo evoluciona su lesión de escafoides, sufrida en Vista Alegre el pasado domingo tras una gran actuación.

Y por nuestras latitudes, a la espera de esas Fallas que ya se intuyen ahí mismo, hemos tenidos dos hechos curiosos. El primero, gracias a la profunda entrevista el pasado jueves de nuestra compañera Carolina Pascual al próximo alcaldable del PSOE en Alicante, Francesc Sanguino. Al preguntarle incisivamente sobre el tema taurino, Sanguino volvió a ponerse de perfil. Dejó entrever que no está por prohibir (legalmente no puede, por lo que esa afirmación carece de peso), pero insistió en que no tenía opinión «más allá de lo que quiera la ciudad». ¿Se esconde en esa afirmación quizá algo parecido a una consulta popular? En fin, todo se verá, porque de momento solo es candidato a la alcaldía. Su caso no tiene comparación, ni de largo, con esa mala experiencia docente vivida en un instituto de El Campello, donde una profesora propuso una actividad sobre una canción en la que se trataba la tauromaquia (y otras tradiciones de nuestra tierra) como fiesta «capitalista, feixista i castellana(?)», en un claro ejemplo de actividad totalmente inadecuada, panfletaria y dogmática. Habría que comprobar si lo que esa profesora pretendía, en realidad, era enseñar a sus alumnos una clara muestra de letra denigrante, xenófoba y fomentadora del odio hacia la libertad de los demás. Qué cosas, oiga...

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